Cuidado con quien duermes
Por Master of Hate
“Oh! My God” es otra de las cintas que, con el dolor del alma, debo decir que me ha dejado muy indiferente, y aunque no todo sea negativo, el balance general no da para hablar muy bien de ella. Apostando por la dualidad entre la comedia y el drama, Kim Jeong-woo plantea en su primera película, una historia con un gran potencial, sin embargo, algunos errores le restan ese potencial, y arrojan un resultado bastante pobre.
Lim Jung-kwan (Choi Seong-gook) y Goh Eun-ju (Sin-yi), sin ser novios oficiales, pasan una noche juntos, tras lo cual no vuelven a verse. Dos años después Eun-ju reaparece convertida en una exitosa fiscal de policía, pero no viene sola, está acompañada de unos gemelos que son el producto de aquella confusa y olvidada noche de pasión. Jung-kwan, cuya vida es un fracaso, se ve en serios aprietos, ya que sus padres le obligan a casarse y a aceptar su nueva familia, cosa que es lo que menos le interesa a Jung-kwan.
Sin ser el último grito de originalidad, la trama se presenta simpática, ideal para construir situaciones jocosas y una película entretenida; de hecho los primeros instantes son un buen augurio de esto. Pero a medida que los minutos transcurren, se va haciendo menos cómica, menos simpática y casi hasta desecha todo ese atractivo que ostentaba al principio. ¿Razones? aquí van:
La historia, a pesar de avanzar cronológicamente, se ve bastante desfigurada; hay momentos en los cuales las escenas parecen no encajar del todo y resultan algo forzadas en su intención de dar forma a la historia. Por otro lado el elemento cómico se ve ausente, a pesar de intenta incluir fervorosamente. Chil-gu (Jo Sang-gi), el mejor amigo de Jung-kwan, supone ser el centro de las bromas, pero falla en la gran mayoría de sus intentos y no aporta en este sentido.
A muchos, los protagonistas les resultaran familiares por sus papeles en la divertida “Sex is Zero” aunque su trayectoria va mas allá, especialmente Sin-yi. En esta ocasión a pesar de cumplir un buen desempeño, el guión y la poca sutileza del director tiran por la borda cualquier buena intención y compromete gravemente lo bueno que podía haber tenido esta película.
En cuanto a la mezcla drama/comedia, esta vez ha funcionando en contra, ya que el transito de uno a otro se ve poco natural, incluso hay momentos en los que ni siquiera es posible diferenciar si la intención es hacer reír o conmover, y al final sólo consigue crear indiferencia.
Debut, a mi gusto, con pie izquierdo es que tiene Kim Jeong-woo con esta película, cuya única virtud esta en el mensaje que vale la pena destacar. Pero haciendo honor a la verdad, resulta un film poco recomendable, aunque para los seguidores del género, quizás ofrezca una dosis decente de entretenimiento.
Oh! My God (2006)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario