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Oh! My God (2006)


Cuidado con quien duermes
Por Master of Hate

“Oh! My God” es otra de las cintas que, con el dolor del alma, debo decir que me ha dejado muy indiferente, y aunque no todo sea negativo, el balance general no da para hablar muy bien de ella. Apostando por la dualidad entre la comedia y el drama, Kim Jeong-woo plantea en su primera película, una historia con un gran potencial, sin embargo, algunos errores le restan ese potencial, y arrojan un resultado bastante pobre.

Lim Jung-kwan (Choi Seong-gook) y Goh Eun-ju (Sin-yi), sin ser novios oficiales, pasan una noche juntos, tras lo cual no vuelven a verse. Dos años después Eun-ju reaparece convertida en una exitosa fiscal de policía, pero no viene sola, está acompañada de unos gemelos que son el producto de aquella confusa y olvidada noche de pasión. Jung-kwan, cuya vida es un fracaso, se ve en serios aprietos, ya que sus padres le obligan a casarse y a aceptar su nueva familia, cosa que es lo que menos le interesa a Jung-kwan.

Sin ser el último grito de originalidad, la trama se presenta simpática, ideal para construir situaciones jocosas y una película entretenida; de hecho los primeros instantes son un buen augurio de esto. Pero a medida que los minutos transcurren, se va haciendo menos cómica, menos simpática y casi hasta desecha todo ese atractivo que ostentaba al principio. ¿Razones? aquí van:

La historia, a pesar de avanzar cronológicamente, se ve bastante desfigurada; hay momentos en los cuales las escenas parecen no encajar del todo y resultan algo forzadas en su intención de dar forma a la historia. Por otro lado el elemento cómico se ve ausente, a pesar de intenta incluir fervorosamente. Chil-gu (Jo Sang-gi), el mejor amigo de Jung-kwan, supone ser el centro de las bromas, pero falla en la gran mayoría de sus intentos y no aporta en este sentido.

A muchos, los protagonistas les resultaran familiares por sus papeles en la divertida “Sex is Zero” aunque su trayectoria va mas allá, especialmente Sin-yi. En esta ocasión a pesar de cumplir un buen desempeño, el guión y la poca sutileza del director tiran por la borda cualquier buena intención y compromete gravemente lo bueno que podía haber tenido esta película.

En cuanto a la mezcla drama/comedia, esta vez ha funcionando en contra, ya que el transito de uno a otro se ve poco natural, incluso hay momentos en los que ni siquiera es posible diferenciar si la intención es hacer reír o conmover, y al final sólo consigue crear indiferencia.

Debut, a mi gusto, con pie izquierdo es que tiene Kim Jeong-woo con esta película, cuya única virtud esta en el mensaje que vale la pena destacar. Pero haciendo honor a la verdad, resulta un film poco recomendable, aunque para los seguidores del género, quizás ofrezca una dosis decente de entretenimiento.

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