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Fight, Zatoichi, Fight [8] (1964)


Compañeros de viaje
Por Fingolfin

Kenji Misumi, autor de la primera película del espadachín ciego, retoma las riendas de la saga junto con Kam Shimozawa para traernos esta película. Ha sufrido críticas por dedicarse casi en sus 90 minutos a mostrarnos el carácter paternal (incluso maternal) de Zatoichi de forma exagerada. El chico sin duda se lleva mucho tiempo de pantalla, algo a lo que no estamos acostumbrados, pero Shintaro Katsu sigue teniendo prácticamente las mismas oportunidades de darnos acción y diversión.

Zatoichi escapa de unos samuráis dispuestos a matarle gracias a la ayuda de un grupo de ciegos, con los que volverá a encontrarse posteriormente. En la continuación de su viaje, una mujer muere en su lugar debido a una enorme y casual equivocación, por lo que el masajista se hará cargo de su hijo y lo llevará ante su padre.

En la aventura se toparán con una carterista a la que consiguen reformar entre ambos, hasta el punto de que llegará a sentir algo especial por Zatoichi.

La habilidad narrativa de Kenji Misumi es excelente, y al igual que hizo con la primera película, nos muestra un film con un desarrollo muy ágil, sin atrancarse, construyendo la historia poco a poco y no forzándola. El director se vale de situaciones divertidas para compaginar la acción y de esa forma permitiendo al espectador pasar un buen rato de principio a fin.

Las coreografías son marca de la casa “Misumi”, con planos muy largos y ningún cambio de cámara que interrumpa los movimientos. Suelen comenzar los combates con una imagen lateral para cada serie de ataques y contraataques, y aprovecha las pausas de la propia pelea para variar la perspectiva.

Al principio de la película, Zatoichi representa al mismo tiempo el papel de padre y madre del bebe, tratándolo con sumo cuidado y cariño, y dejándonos ver como le cambia los pañales, le canta para que se duerma, o trate de darle el pecho (si, lo intenta en una escena que me resultó bastante molesta). Conforme se avanza, Zatoichi queda relegado a ser el padre del niño, mientras que la mujer carterista se convierte en su niñera. El cariño de Zatoichi al bebe está patente en todas partes (lo que hace que sea un poco abusivo y cansado), y personalmente considero la escena mas reveladora a aquella donde Zatoichi contrata a una geisha para que se haga cargo del crío, y después no la deja en paz para asegurarse de todo cuanto hace.

Como último dato, mencionar la hermosa melodía de guitarra y posterior música de la escena de créditos, en la que Kenji Misumi (al igual que con “The Tale of Zatoichi), nos enseña alguna situación donde sin ver al personaje, sabemos que es ciego por su manera de actuar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para mí una de las peores películas de Zatoichi de toda la saga, no la peor, cuyo honor se lleva el espadachín manco que ya llegará, xD
Como todo director endiosado, Kenji Misumi, tiene en "Fight, Zatoichi, Fight" su peor enemigo, puede que esté bien dirigida, pero como película deja bastante que desear siendo bastante cansada y con un final un poco molesto.