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Three Outlaw Samurai (1964)


Con una causa común
Por Fingolfin

Hideo Gosha entró con calidad pero con muy poca originalidad en el cine samurai. “Three Outlaw Samurai” fue su primera película, excelente en todos los sentidos, pero poco atrevida, utilizando un sistema y un argumento con el que tenía garantías de éxito. Al año siguiente dirigió “Sword of the Beast”, también muy aceptable, pero a partir de ese momento hay poco destacable, quizás solo “Hitokiri” o “Goyoki” se salven.

Tres granjeros secuestran a la hija del magistrado y se encierran en un molino reclamando mejores condiciones para la vida de los campesinos. En ese mismo lugar se encuentran con un samurai vagabundo, Sakon Shiba, que pronto se gana su confianza y los ayuda en su misión. Durante la aventura se juntarán con otros dos samuráis más que tendrán que hacer frente a todos los enviados del magistrado. El espectáculo está servido.

Hablaba de la escasa originalidad debido a que Gosha se comporta de una manera tramposa. No hace falta analizar mucho el guión para darse cuenta de su similitud casi total con “The Seven Samurai” (con perdón de la comparación), y es que el título original ya lo adelanta bastante, “Sanbiki no Samurai”. En esta ocasión tenemos 3 samuráis desconocidos entre ellos, que igualmente lucharán por los derechos de los granjeros, que se encuentran hundidos en la miseria. A pesar de eso, el resultado es bastante distinto. Mientras Kurosawa trataba de mantener equilibrio perfecto entre el protagonismo de los granjeros y los samuráis, Gosha se va olvidando de ellos en beneficio de los segundos, hasta que cuando llega a su fin, prácticamente es irrelevante la situación de los campesinos.

Se pone de manifiesto que en ocasiones, los rônin, o incluso los campesinos son capaces de mostrar mayor honor que los samuráis de alto rango. Estos últimos son capaces de faltar a su palabra de honor, matar y torturar, con tal de mantener las apariencias ante los superiores del clan. Una manera de actuar que alcanza su máxima expresión en la película “Sepukku”.

Tenemos tres claros protagonistas: Shiba (Tetsuro Tamba) es “el Kambei” de la película, su papel es el de organizador principal, aunque en ésta ocasión destaca sobretodo por su habilidad con la katana. Jimbei (Kamatari Fujiwara) se encuentra en usa situación muy cercana a los campesinos, y pese a que al final del film llega a flaquear en su causa, es él quien le pone la pasión a la aventura. Y finalmente Kikyo (Mikijiro Hira), desde el principio se le aprecia una actitud muy ambigua (aunque es bastante predecible la forma en la que va a terminar), es el último en unirse al grupo y solo es útil para el combate.

La banda sonora es apreciable en la presentación del film, desde ahí hasta el final pasa totalmente desapercibida. Sin embargo, si hay algo que no podemos reprocharle a Gosha, es el rodaje. La cámara está siempre donde tiene que estar, sin un solo fallo, un rodaje excelente para explotar al máximo la belleza visual del blanco y negro.

No la podemos catalogar de excelente película, si quieres ver algo de ese tipo ya tenemos “The Seven Samurai”, sería injusto atribuirle un merito tan alto cuando el contenido es tan similar. Aun así, muy recomendable su visualización, sobre todo si ya estás familiarizado con alguno de sus films posteriores.

Especial Semana de Cine Samurai Clásico (4 de 7)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo cierto es que para mí, mal que le pese a los que le endiosan, Hideo Gosha no es un director destacable, tiene muchas películas mediocres... para mi gusto.
Sí, vale, ha mamado folclore japonés y representa más que bien la era Sengoku o lo que quiera representar en sus diversas películas, pero al final sus películas se quedan en un quiero y no puedo.
Precisamente esta Three Ourlaw Samurais, aunque durante gran parte de la película estás casi deseando que termine, cuando lo hace sientes que al menos no has perdido el tiempo, y se te queda un buen sabor de boca.
Similar a esto pasa con sus otras películas de chambara, que si Hitokiri - Tenchu, con un Shintaro Katsu pasado de rosca, que si Goyokin on un Nakadai muy bien, pero en una película que no daba mucho de sí, ó Kumokiri Nizaemon, quizá aún más soporifera aún perfectamente visionable, incluso con Shussho Iwai, que tiene un guión bastante decente, se hace bastante pesada, no sé, pero a Gosha le faltó algo que nunca consiguió, : /

Anónimo dijo...

Un comentario con muchos detalles interesantes. Si bien te doi la razon en determinados aspectos que mencionas, tales como la mediocridad de algunas de sus peliculas, no puedo hacerlo en lo que se refiere a la que comenté y al menos Hitokiri. Cierto que no son ninguna obra maestra, pero mucho menos peliculas que puedan llegar a ser desesperantes o soporiferas.

En cuanto a Kumokiri Nizaemon y Shussho Iwai, no las he visto, lo cierto es que Gosha no me llama demasiado la antencion y no le he profundizado mucho. Pero trataré de verlas en cuanto pueda.

Un saludo, gracias por el comentario