La crueldad del honor
Por Fingolfin
Estamos en 1962, y Masaki Kobayashi nos trae una historia increíblemente explotada a partir de elementos muy simples. Como ya podemos suponer por el titulo, nos encontramos frente a un importante drama. Sin embargo no es un drama basado en el amor, o la guerra, como suele ser lo habitual. Esta vez el drama se basa en la pobreza, la crueldad, y el honor. El director nos muestra el peor lado de un samurai, un lado que muchos habrán llegado a palpar en la moderna “Twlight Samurai”, pero que aquí se agudiza mucho más, apoyándose en la enfermedad y la mala fortuna.
Hanshiro Tsugumo se presenta en la honorable casa de Iyo pidiendo poder hacer seppuku en su interior. En este tiempo es habitual que los ronîn caídos en desgracia a causa de la abolición de sus clanes hagan eso para conseguir que les den dinero. Pero los motivos de Tsugumo son diferentes, y pronto una increíble historia se desplegará ante nuestros ojos.
Al igual que en “Mibu Gishi Den”, la historia es una reconstrucción del pasado mediante un flash back a partir de una situación simple (como en ese caso lo era el encuentro de dos hombres en una clínica). Sin embargo en “Seppuku” aparte de la reconstrucción temporal, tenemos simultáneamente un desarrollo del presente mucho mas elaborado, pero también mas importante, ya que el desenlace tendrá lugar en ese tiempo.
El nombre de la película es una importante paradoja con respecto al contenido. Si el ritual del Seppuku era la mayor muestra de honor que todo samurai, pobre o rico, podía hacer, en ésta película se enseña todo lo contrario a través de esa practica. Los samuráis decaen hasta el punto de pedir limosna en las puertas de los clanes amenazando con la realización del Seppuku, y éstos se la conceden humillándose ellos mismo a su vez.
Pero el clan Iyo es distinto. Su alto sentido del honor se lo impide rotundamente, y no estarán dispuestas a tolerar esas actitudes basándose en la importancia de la palabra de un samurai. A pesar de ello, durante el film se ponen a la luz los secretos más escabrosos del clan, y se desvela una actitud mucho más que reprobable en la que se oculta, se esconde, y se miente para tratar de guardar las apariencias.
Kobayashi no tiene piedad con el espectador. Como es habitual no hay ninguna escena que pueda ser catalogada como desagradable, pero hay una en la que sin mostrar nada impropio, la mente del espectador trabaja a toda velocidad deseando que termine lo antes posible, mientras el director se recrea y la alarga durante lo que parece una eternidad y que en realidad no serán mas de dos o tres minutos.
El realismo es el elemento que mas profundo llega a quien la ve, y sin ningún tipo de remordimientos me atrevería a decir que los duelos finales (única presencia de acción en el film), son los mas realistas que he visto jamás, y en los que por primera vez he sentido que los participantes tenían en verdad su vida en juego.
Por último, no lo he dicho hasta ahora, pero el acompañamiento musical merece matricula de honor. No necesita una hermosa banda sonora para mostrar la fuerza o la tensión de las secuencias, si no que con un solo intrumento que parece ser un Laúd, es capaz de representar todo cuanto desea, dando lugar a escenas increíblemente hermosas (quien haya visto “The Bow” entenderá a lo que me refiero).
“Seppuku” es una autentica joya que ha recibido valoraciones altísimas por casi todos aquellos que se han decidido a su visionado. Un verdadero “must see” dirigido a un público no especifico.
Especial Semana de Cine Samurai Clásico (2 de 7)
Seppuku (1962)
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1 comentario:
Sólo decir que éste es probablemente mi chambara preferido, o al menos que más me ha calado de cuantos he visto, no hay mucho más que decir... bueno sí, que el tal Hanshiro Tsugumo está interpretado por un magistral Tatsuya Nakadai, quizá en su papel más perfecto...
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