Un mundo de simbolismos
Por Master of Hate
A veces me pregunto hasta donde llega la innovación y originalidad de los directores contemporáneos, y al decir esto, me refiero en particular a Corea del Sur, pues al parecer de aquí están surgiendo cineastas capaces de cosas inimaginables. Kim Ki-duk bien podría ser considerado uno de los mas importantes genios del cine contemporáneo, que no se limita ha hacer películas, si no que mas bien, a crear un desfile de “poesía en imágenes”. No se puede pensar de otra forma después de ver una película como “Spring, Summer, Fall, Winter... and Spring” que es la antitesis de la industria cinematográfica de hoy, y sin embargo ha sido un producto exportable, con una excelente acogida.
Kim ki-duk se las ingenia para dirigir la atención del público a un nuevo concepto de ideas, que se desvinculan de los terrenos habitualmente explorados. En “Spring, Summer, Fall, Winter... and Spring” los simbolismos van mas allá de ser representativos o importantes, y se maximiza su valor hasta ser el hilo conductor primordial de todo el contenido. Se dejan muy aparte las formas narrativas de siempre, trazando un nuevo esquema para dirigir el mensaje a la audiencia.
El cambio de las estaciones se toma como un símil de las etapas de una vida, por ese motivo, todo cuanto vemos esta impregnado de simbolismos y de personajes con un perfil colectivo, que a su vez, forman parte del proceso más importante en la vida del ser humano. Esta idea se basa en un uso coherente del tiempo como un ciclo natural para el hombre como especie, más no como ser individual.
La intención del director es muy concisa pero difícil en ejecución, sumado a esto, hay que tomar en cuenta que el uso de diálogos es tan limitado que podríamos contar las líneas pronunciadas con la palma de la mano. Con todo esto, el resultado parece un verdadero retrato artístico de la vida.
El escenario es prácticamente el mismo de principio a fin. El efecto de esto es fascinante, dando la impresión de que en vez de ver los lugares como piezas que simplemente adornan el panorama, o sirven de motor para las acciones, viéramos un pequeño mundo perpetuado a través de sitios comunes. Este mundo pareciera atar a los personajes y causar un influjo místico e invisible sobre ellos. Este limitado espacio de interacción de ninguna manera sugiere la imposición de un límite en la proyección de paisajes y lugares aledaños, por el contrario, los aspectos visuales son los más destacados en todo momento. Contrario a lo que cabria esperar, nace un sentimiento de libertad y sosiego donde la espiritualidad colma a los impulsos de la mente.
Refiriéndome al contenido, no se si usar el termino “historia” al hablar de este, pues me parece mucho mas acertado hablar de una “representación”, de todas formas este formato, tan poco convencional, va mas allá de resultar convincente o satisfactorio. La simbiosis entre naturaleza y hombre se consigue, haciéndola efectiva como parte de una magistral ejecución
Cautivante, realista, mágico, emotivo; ese es el cine de Kim ki-duk que ha sido el creador de esta gran joya cinematográfica. Casi doy por hecho que al final lo más probable es que todos terminen enfrascados en una profunda reflexión, lo cual seria una prueba más que contundente del impacto que tiene esta película sobre el público. Este es el resultado del cine cuando se fusiona con la maravilla.
Como curiosidad, hago notar la aparición del mismo Kim-Ki-duk como parte del elenco.
Spring, Summer, Fall, Winter... and Spring (2003)
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