Cambio de piezas
Por Fingolfin
Japón, año 1570. Los tres clanes más importantes luchan por el control y la unificación de un país en guerra constante. Por un lado está Shingen Takeda (Tatsuya Nakadai), el líder más temido de todos, un autentico triunfador que jamás perdió en combate y cuya sola presencia es capaz de amedrentar cualquier enemigo. En su punto de mira se encuentra Nobunaga Oda (Daisuke Ryu), cuyos espías acechan en todos los escenarios buscando los puntos débiles de Takeda. Y finalmente tenemos a Ieyasu Tokugawa (Masayuki Yui), que se mantiene a la expectativa de lo que pase entre sus adversarios. Las piezas están sobre el tablero, ¿Quién será el vencedor?
Otra de las obras cumbre de Akira Kurosawa, ambientada en uno de los acontecimientos mas interesantes y espectaculares de la historia de Japón. Unas condiciones idóneas para que el mítico director ponga en práctica todas sus habilidades al mando de la dirección. Elementos como el vestuario, o los escenarios, son tan buenos como los de “Throne of Blood”, pero aprovechándose de las ventajas que le otorga el cine a color.
La comparación con un tablero de ajedrez me parece la más acertada para describir lo que se representa en el film. Cierto es, que la intención no era la de hacer prioritaria la lucha entre los clanes, sin embargo es algo que está presente y contribuye enormemente al deleite del espectador. Cada clan tiene sus propias piezas colocadas y listas sobre un tablero que se extiende por todo Japón. Cuando se quiere probar al adversario las primeras piezas en atacarse son los peones (en la película son los castillos periféricos de los dominios de Takeda), y como en todos los juegos, están permitidas las trampas. En una sociedad donde los clanes están dirigidos por héroes, si uno de ellos muere, el juego está terminado. Así que volviendo a nuestra partida de ajedrez, si el rey muere, se reemplaza por otro igual…hasta que el adversario se de cuenta.
Perdón por la extensión en la comparación pero pretendía transmitir la enorme necesidad de usar al “kagemusha” (doble), por parte del clan Takeda. Papel que desarrolla increíblemente bien uno de los mas habituales en los films de Kurosawa, que es Tatsuya Nakadai.
La música es un acompañamiento ideal para todas las escenas en las que se hace gala de buena fotografía, o se muestran las formaciones de enormes y magníficos ejércitos. Para un amante de ese tipo de escenas resulta muy gratificante disfrutar de centenares de extras ataviados con armaduras y banderas de sus respectivos clanes, y decenas de caballos en todo su esplendor. Kurosawa sabe transmitir y explotar al máximo la fuerza de estas escenas, y alcanza una de sus cimas cuando el doble de Shingen desfila a toda velocidad entre sus soldados.
Una de las mejor clasificadas y valoradas de la filmografía del director nipón, y una excelente producción capaz de conquistar al espectador desde el principio. Difícilmente podrán olvidar el caótico final todos aquellos que la hayan visto, cuya música y escenas darán vueltas en nuestras cabezas durante varias horas.
1 comentario:
Al igual que "Ran", aquí podemos ver a un Nakadai envejecido y, como ya pasara con Mifune, muy sobreactuado, pero a la vez tremendamente "atractivo" de ver, : )
Un jidai-geki con todas las de la ley, y con una trama muy interesante.
Recomendado.
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