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Samurai Banners (1969)


El estratega
Por Fingolfin

“Ran” y “Throne of Blood” son películas que mantengo siempre en un pedestal por encima de todas las otras; supongo que lo que más me atrae de ellas es la tragedia Shakesperiana que representan. Sin embargo hablando ya de “Samurai Banners” (conocida también como “Furin Kazan” o como “Viento, Fuego, Bosque, Montaña”), me descubro ante su genialidad, y la comparo sin ningún tipo de complejos a “Kagemusha” o cualquier otro film de Kurosawa.

“Samurai Banners” nos narra la historia del famoso general de Shingen Takeda, que no es otro que Kansuke Yamamoto, de cuya boca oímos la mítica frase que rezaban los estandartes del ejercito: “Veloz como el viento, silencioso como el bosque, feroz como el fuego, grandioso como la montaña”. Su brutal ascenso desde ser un ronin miserable hasta el brazo derecho de Takeda no es otro camino que el de su ambición. La ambición de cumplir un sueño y sacrificar todo cuanto sea necesario por cumplirlo.

Tratamos de nuevo mi época favorita: el siglo XVI, y nos topamos con geniales personajes como Kenshin Uesugi, Nobusato Itagaki, o el propio Shingen. Al igual que en “Kagemusha” presenciaremos la historia desde el bando de los Takeda, lo que controlará nuestros sentimientos hacia ese lado.

Sus mas de 150 minutos dan cabida a prácticamente todo, al drama, el amor (entre el señor y su vasallo), y la guerra. Nuevamente centenares de extras y caballos nos deleitaran con un espectáculo de color similar al de “Ran”. Magnificas secuencias y planos generales de combate en las batallas, adornadas cuando vemos como todo se amolda a las estrategias diseñadas de antemano, y los hombres se transforman en piezas que despliegan un resultado ya concebido. Resulta incluso impactante ver al señor y sus hombres cercanos apostados en una colina, contemplando como se desarrollan sus planes y actuando en consecuencia.

Sin desmerecer en absoluto el film, esta vez me he tenido que romper los sesos buscando algún punto flaco, o incluso algo que simplemente no me gustara. Lo único que he encontrado mas débil que el resto han sido los primeros planos de combate a caballo, demasiado flojos y lentos. Con este entupido detalle solo vengo a decir que si tiene algún “fallo”, desde luego es insignificante.

Toshiro Mifune como siempre es estupendo encarnando a Kansuke Yamamoto, derrochando toda su fuerza y sentimiento para el papel. Además de él, quiero destacar a Yoshiko Sakuma (Pricesa Yufu) y a un bastante correcto Kinnosuke Nakamura (Shingen Takeda).

Y dejo lo mejor para el final. La banda sonora de Maseru Sato es simplemente genial. No es la típica música de superproducción de romanos que aparece por todas partes, sino que está reservada a escenas y momentos de mucha fuerza.

¿Qué mas decir? Está bastante claro que es una estupenda recomendación, y dentro de Hiroshi Inagaki, para mi gusto solo “Chushingura” es capaz de mantenerse a la altura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Otra excelente película de Inagaki.
El momento en que llega Nakamura vestido de blanco como Takeda Shingen es impagable.
Para mí imprescindible.