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Messengers (1999)


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Por Master of hate

Una portada como esta puede sugerir muchas cosas, entre ellas, que se trata de un anime o algo parecido, sin embargo, no es así. “Messengers” es una divertida comedia, obra del japones Yasuo Baba que hace uso de una historia simple y sencilla para entretener al público por casi dos horas. Las comedias japonesas también tienen su encanto particular y aquí tenemos una prueba de ello.

Naomi Shimizu (Naoko Iijima) es una agente que trabaja en el mundo de la moda con una importante empresa. Un día la situación cambia radicalmente, la compañía cierra sus puertas y Naomi pasa de la noche a la mañana a no tener un solo centavo. Naomi, quien siempre ha disfrutado del lujo y confort, tiene un estatus que mantener, sin embargo, el mismo día de los trágicos eventos atropella a un ciclista. El perjudicado parte de un servicio de mensajería, quien le propone no demandarla si es que ella lo reemplaza en sus tareas. Naomi no tiene otra opción que trabajar junto a Suzuki (Tsuyoshi Kusanagi), dueño del negocio; ambos deberán esforzarse muy duro para sacar adelante esta modesta empresa.

“Messengers” es todo lo que se le puede pedir a una comedia, ya que es divertida, entretenida, y bien hecha. El principal atractivo del film es el contraste de mundos que presenta el director a través del personaje principal, que ve derrumbarse su mundo materialista y superficial, y no tiene otra opción que tomar un empleo humilde y vivir en techo ajeno.

La historia carece de complejidad, es directa y sencilla, pero su virtud es el encanto que tiene Naoko Iijima y su excelente interpretación; su personaje se va transformando de modo natural poco a poco. Existen otros personajes secundarios que aportan de maneras distintas a la película. Tal es el caso de Hattoti (Shinsuke Auki) que se une al grupo de mensajeros ciclistas tras ser despedido de la competencia. Así como él hay muchos más.

Las escenas más emocionantes ocurren durante la carrera entre el servicio de mensajeros ciclistas y su competencia motorizada. El rodaje de estas escenas resulta muy llamativo, con una edición y montaje que dejan ver el cuidado que se ha puesto. Pero lo que considero la clave de la cinta es el saber mantener el interés a un cierto nivel y no bajar de allí. En otras palabras “Messengers” es un film que funciona de maravilla para aplacar el aburrimiento.

Las comedias japonesas tienen un sabor distinto, y siempre resulta saludable echarles un vistazo. “Messengers” es un ejemplo de una cinta bien hecha, que quizás no arranque carcajadas, pero si una larga, continua y saludable sonrisa.

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