La belleza del contraste
Por Kino no Youko
"En Kekexili cada pisada puede ser la primera huella humana que se deja en ese lugar desde que se creó el mundo" –parte de un diálogo en el film-
¿Qué hace que algo sea bello? ¿Dónde radica su belleza? Son preguntas que han atormentado a muchos desde la antigua Grecia, pasando por Da Vinci, incluso hasta en la actualidad. Y luego, tras de ver mucho cine, es difícil poder llegar a una conclusión de lo que significaría belleza cinematográfica. Sin embargo, siempre existe un elemento en común que hace que notemos esa virtud. En este caso: El contraste.
Kekexili es una zona de China aún virgen, una de las pocas regiones del planeta que conserva esa característica. Allí se encuentra la reserva natural de Hoh Xil, ubicada en la provincia de Qinghai, noroeste de China, y a su vez, la película no dista mucho de lo que en sí el territorio de Kekexili simboliza.
Sólo con una película a cuestas (“Xun qiang” aka “The Missing Gun”), Chuan Lu, director promesa de China, sorprende al mostrarnos un territorio lleno de contrastes, no sólo desde un punto de vista visual, -como en muchas críticas y comentarios se ha leído-, sino también, desde un punto de vista conceptual y ético. Finalmente, todo el tratamiento de la película culmina en su mérito máximo, siendo éste, construir desde un permanente contraste un escenario tanto ético como estético coherente, sin contradicciones, y por sobre todo, haciendo coincidir una misma moral para todos los acontecimientos de la historia.
Mérito indiscutido para su director, quien además escribió el guión de su obra basándose en hechos reales que se vivieron desde 1993 hasta 1996 en la llamada Patrulla de Montaña. Grupo gubernamental encargado de velar por la preservación y protección del antílope tibetano, que aún hoy, está en vías de extinción por la caza indiscriminada de comerciantes.
Aunque el film tiene un marcado corte ambiental, esconde mucha riqueza en temáticas humanas, siendo el antílope tibetano, la herramienta parta mostrar como en momentos de angustia y desolación no existe moral que evalúe actos ni conductas. Atrapados en una naturaleza imponente, llena de belleza -no por ello escasa de muerte- es que están arrojados sus protagonistas al destino. Parajes y locaciones que muchas veces llevan a la reflexión y el cuestionarnos sobre quién en verdad es la presa, el cazador y el patrullero.
Su argumento se inicia con la llegada de un periodista desde Pekín quien es testigo presencial de toda la persecución que se lleva a cabo para encontrar a una banda de cazadores furtivos. De esta forma, inicia un viaje con la Patrulla de la Montaña con el fin de comunicar en un futuro lo que allí, en ese desconocido e inquietante territorio, ocurre.
Una película recomendable. La muerte y la vida, el silencio y sonido, lo bueno y lo malo, una serie de contrastes que lucen en un montaje y fotografía muy cuidados estéticamente. Actuaciones bien representadas que hacen ponerse en el lugar, y con ellos, también guían nuestro propio viaje en la butaca.
Curiosamente no emociona en plenitud. Nisiquiera conociendo que “en Kekexili cada pisada puede ser la primera huella humana.” y notando que desgraciadamente son siempre huellas de muerte las que se forman en ese lugar. Pese a lo triste, quizá no ocurre eso ya que el verdadero drama, nos intenta decir el director, no es lo que le pasa al antílope, sino al animal llamado hombre.
Mount Patrol (2004)
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1 comentario:
yo vi esta película hace más de 5 años, no podía encontrarla por el titulo, ya que yo la recordaba como amanecer en okinawa. Es fabulosa la historia y su narración, ojalá pueda volver a verla. Mi correo es necrografia@hotmail.com
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