La búsqueda
Por Fingolfin
De todas las películas que incluyen en su título a Tange Sazen, creo que esta es la segunda que no pertenece al cine mudo. Dirigida por Sadao Yamanaka, lo primero que nos sorprende es la fecha de la que data. Sinceramente no he visto ninguna diferencia importante entre este film y otros con los que guarda distancias de hasta 40 años. Dicho esto, ya de partida es necesario darle mi más sincero reconocimiento.
Se habla de una vieja vasija con aspecto pobre que contiene un mapa indicando el lugar donde se oculta el tesoro de un millón de ryo. Desconocedor de este secreto, el hijo mayor de los Yagyu la regala a su hermano menor, creyéndola una baratija, y este a su vez la vende a unos chatarreros. Una serie de casualidades llevarán la vasija a manos de Yasu, un chico pequeño cuyo padre ha sido asesinado. Será Tange Sazen quien le de asilo en su casa, donde cuidará de él.
Al igual de tantas otras de las que he hablado, tiene un aire desenfadado que en ocasiones le da el aspecto de un cuento. El argumento se mueve entre coincidencias y situaciones desafortunadas consiguiendo la diversion y el entretenimiento del espectador. La transición de escena se suele utilizar como elemento cómico, ya que se muestra un personaje afirmando algo, y en el siguiente corte haciendo lo contrario a lo dicho.
La historia carece por completo de acción, y su único momento es en el dojo del menor de los Yagyu, donde Tange Sazen entra buscando dinero. En esa ocasión las luchas son rápidas, fáciles, y con espadas de madera, manteniendo un buen nivel en todos los movimientos.
Hablar del protagonismo de Sazen sería hacerlo más de la cuenta. Hay un gran número de personajes en el film que tienen mucho desarrollo y minutos de pantalla. Valoramos como curioso el detalle de que el mayor de los Yagyu no vuelve a aparecer en toda la película a pesar de haber sido el desencadenante de la historia, y el que Tange Sazen no se perfila como alguien importante hasta el ecuador del metraje. En ese papel nos ofrece una gran actuación Denjirô Ôkôchi, que pese a pertenecer a una época bastante antigua, aparece por ejemplo en famosas películas como “They Who Step on the Tiger´s Tail”, y las dos “Judo Saga” de Akira Kurosawa.
Para acabar, una mención muy especial a la música. Tiene una calidad estupenda, de las que te hacen repetir un par de veces la escena de créditos iniciales. Su único aspecto negativo es que en algunas partes se come los diálogos.
“La vasija de un millón de ryo” (título en español) es la película más antigua que he visto jamás, y el resultado ha estado por encima de mis mejores espectativas. Una película estupenda, con una técnica narrativa envidiable. Must see.
Se habla de una vieja vasija con aspecto pobre que contiene un mapa indicando el lugar donde se oculta el tesoro de un millón de ryo. Desconocedor de este secreto, el hijo mayor de los Yagyu la regala a su hermano menor, creyéndola una baratija, y este a su vez la vende a unos chatarreros. Una serie de casualidades llevarán la vasija a manos de Yasu, un chico pequeño cuyo padre ha sido asesinado. Será Tange Sazen quien le de asilo en su casa, donde cuidará de él.
Al igual de tantas otras de las que he hablado, tiene un aire desenfadado que en ocasiones le da el aspecto de un cuento. El argumento se mueve entre coincidencias y situaciones desafortunadas consiguiendo la diversion y el entretenimiento del espectador. La transición de escena se suele utilizar como elemento cómico, ya que se muestra un personaje afirmando algo, y en el siguiente corte haciendo lo contrario a lo dicho.
La historia carece por completo de acción, y su único momento es en el dojo del menor de los Yagyu, donde Tange Sazen entra buscando dinero. En esa ocasión las luchas son rápidas, fáciles, y con espadas de madera, manteniendo un buen nivel en todos los movimientos.
Hablar del protagonismo de Sazen sería hacerlo más de la cuenta. Hay un gran número de personajes en el film que tienen mucho desarrollo y minutos de pantalla. Valoramos como curioso el detalle de que el mayor de los Yagyu no vuelve a aparecer en toda la película a pesar de haber sido el desencadenante de la historia, y el que Tange Sazen no se perfila como alguien importante hasta el ecuador del metraje. En ese papel nos ofrece una gran actuación Denjirô Ôkôchi, que pese a pertenecer a una época bastante antigua, aparece por ejemplo en famosas películas como “They Who Step on the Tiger´s Tail”, y las dos “Judo Saga” de Akira Kurosawa.
Para acabar, una mención muy especial a la música. Tiene una calidad estupenda, de las que te hacen repetir un par de veces la escena de créditos iniciales. Su único aspecto negativo es que en algunas partes se come los diálogos.
“La vasija de un millón de ryo” (título en español) es la película más antigua que he visto jamás, y el resultado ha estado por encima de mis mejores espectativas. Una película estupenda, con una técnica narrativa envidiable. Must see.
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