La magia del teatro
Por Fingolfin
Una de las grandes esperadas de este año, no solo por los amantes del wu xia sino por los amantes al cine en general. Al servicio de Feng Xaogang se pone un cartel con algunos de los actores mas famosos de China: lease Zhang Ziyi (“The Road Home, “Hero”), Daniel Wu (“House of Fury”, “New Police Story”), Youn Ge (“Farewel my Concubine”) y Jinwu Ma (“Seven Swords”).
Como viene siendo costumbre últimamente las opiniones de la crítica se han situado en extremos opuestos, catalogándola unos como aburrida y otros como exquisita. Es un caso similar al que se produjo con “Duelist” no hace mucho tiempo. Este tipo de películas suelen recibir quejas sobre la calidad argumental, afirmando sus detractores que esconden la mediocridad del guión bajo una apariencia espectacular.
La historia en principio está basada en la obra de Shakespeare “Hamlet”. Solo con esa premisa lo primero que suponemos es el final. Una combinación del gran dramaturgo inglés y las costumbres del wu xia dejan más que claro cual será el desenlace aún sin conocer la historia en la que está basada. En este punto radica quizás uno de sus más grandes defectos, que es la falta de interés por la trama. Es cierto; se nos presenta una historia con la que no llegamos a implicarnos en ningún momento y que simplemente observamos embelesados ante la belleza de las imágenes.
Normalmente para que una adaptación de la literatura guste a un espectador debemos estar hablando de un trabajo magnifico. Algo que consiguió Kurosawa por ejemplo con “Throne of Blood” (“Macbeth”) y “Ran” (“King Lear”). Pero está claro que Feng Xaogang no es el emperador del cine, por lo que su trabajo es prácticamente una selección de momentos del libro, copiando la historia e introduciendo las modificaciones según los intereses del planteamiento que ha querido darle.
En comparación con la obra los papeles son muy similares y las licencias que se ha tomado el director son prácticamente mínimas. Tenemos al príncipe Wu Luan en el lugar que le corresponde a Hamlet. Tanto rey como reina se ven representados por emperador y emperatriz. La única variación importante es la sustitución de Polonio (chambelán del reino) por el ministro, conservando intacto el amor de su hija por el príncipe y el papel de su hijo.
Después de comentar las falencias argumentales, quiero llegar a la parte que me gusta. La que compensa todo lo anterior y personalmente la sitúa como una de mis películas favoritas de este año. La estética.
Los escenarios son sublimes. Desde el fantástico teatro donde se desenvainan las primeras espadas, hasta los interiores del palacio donde se desarrolla casi todo el metraje.
El vestuario es igualmente excelente, destacando sobretodo dos elementos que imperan en el film. El primero es el hecho de que todos los personajes “insignificantes” llevan máscaras. La impresión que da es la de no distraer al espectador y transformar a personas vivas en parte del decorado, centrando nuestra atención solo en los 5 o 6 protagonistas. El segundo elemento a destacar es el juego de colores blanco-negro, ejemplificado en actores-soldados. Es un hecho muy marcado que diferencia lo que podríamos llamar “los buenos” de “los malos”, haciendo más impactante la sangre en las túnicas blancas.
La dirección artística y coreografías es el punto fuerte de “The Banquet”, dejando boquiabiertos en más de una escena a los más aficionados a la magia del wu xia. Acercando hasta el límite el cine y el teatro, utilizando las cuerdas de manera excepcional, ralentizando la imagen en fotogramas para enmarcar, y combinándose con una música lenta de tambor capaz de controlar las pulsaciones del espectador.
Normalmente sería en este punto donde tocaría hablar de acción. Sin embargo prácticamente no la hay y la que aparece ha sido muy criticada. ¿Por qué los actores siguen actuando mientras les matan? Porque tienen que morir de igual manera. Cuando alguien va al teatro no le preocupa si la gente se mata de forma real o surrealista, lo que le importa es que sea hermosa a la vista y eso es lo que se hace en esta película. El resto de combates (que son 2) tiene demasiados cortes de cámara, escasa duración y poca continuidad. Ya que lo considero un elemento secundario, esta vez no es tan importante para mi valoración global.
Echando un cable a los que todavía estén buscando explicación al curioso final…Si algo he intentado dejar claro es que hay un grupo de protagonistas muy concreto. Vayan descartándolos según se produzca el desenlace y fíjense en el hecho de que los cortesanos abandonan la sala con total indiferencia.
En conclusión. “The Banquet” es una obra que lleva ese “preciosismo visual” del wu xia hasta el límite, olvidando quizás acercar el argumento a la mente del espectador y basando todo su poderío en la imagen. Gustará con toda seguridad a aquellos amantes de la estética y el teatro. Para el resto sería mejor dejarla pasar o verla por curiosidad.
Como viene siendo costumbre últimamente las opiniones de la crítica se han situado en extremos opuestos, catalogándola unos como aburrida y otros como exquisita. Es un caso similar al que se produjo con “Duelist” no hace mucho tiempo. Este tipo de películas suelen recibir quejas sobre la calidad argumental, afirmando sus detractores que esconden la mediocridad del guión bajo una apariencia espectacular.
La historia en principio está basada en la obra de Shakespeare “Hamlet”. Solo con esa premisa lo primero que suponemos es el final. Una combinación del gran dramaturgo inglés y las costumbres del wu xia dejan más que claro cual será el desenlace aún sin conocer la historia en la que está basada. En este punto radica quizás uno de sus más grandes defectos, que es la falta de interés por la trama. Es cierto; se nos presenta una historia con la que no llegamos a implicarnos en ningún momento y que simplemente observamos embelesados ante la belleza de las imágenes.
Normalmente para que una adaptación de la literatura guste a un espectador debemos estar hablando de un trabajo magnifico. Algo que consiguió Kurosawa por ejemplo con “Throne of Blood” (“Macbeth”) y “Ran” (“King Lear”). Pero está claro que Feng Xaogang no es el emperador del cine, por lo que su trabajo es prácticamente una selección de momentos del libro, copiando la historia e introduciendo las modificaciones según los intereses del planteamiento que ha querido darle.
En comparación con la obra los papeles son muy similares y las licencias que se ha tomado el director son prácticamente mínimas. Tenemos al príncipe Wu Luan en el lugar que le corresponde a Hamlet. Tanto rey como reina se ven representados por emperador y emperatriz. La única variación importante es la sustitución de Polonio (chambelán del reino) por el ministro, conservando intacto el amor de su hija por el príncipe y el papel de su hijo.
Después de comentar las falencias argumentales, quiero llegar a la parte que me gusta. La que compensa todo lo anterior y personalmente la sitúa como una de mis películas favoritas de este año. La estética.
Los escenarios son sublimes. Desde el fantástico teatro donde se desenvainan las primeras espadas, hasta los interiores del palacio donde se desarrolla casi todo el metraje.
El vestuario es igualmente excelente, destacando sobretodo dos elementos que imperan en el film. El primero es el hecho de que todos los personajes “insignificantes” llevan máscaras. La impresión que da es la de no distraer al espectador y transformar a personas vivas en parte del decorado, centrando nuestra atención solo en los 5 o 6 protagonistas. El segundo elemento a destacar es el juego de colores blanco-negro, ejemplificado en actores-soldados. Es un hecho muy marcado que diferencia lo que podríamos llamar “los buenos” de “los malos”, haciendo más impactante la sangre en las túnicas blancas.
La dirección artística y coreografías es el punto fuerte de “The Banquet”, dejando boquiabiertos en más de una escena a los más aficionados a la magia del wu xia. Acercando hasta el límite el cine y el teatro, utilizando las cuerdas de manera excepcional, ralentizando la imagen en fotogramas para enmarcar, y combinándose con una música lenta de tambor capaz de controlar las pulsaciones del espectador.
Normalmente sería en este punto donde tocaría hablar de acción. Sin embargo prácticamente no la hay y la que aparece ha sido muy criticada. ¿Por qué los actores siguen actuando mientras les matan? Porque tienen que morir de igual manera. Cuando alguien va al teatro no le preocupa si la gente se mata de forma real o surrealista, lo que le importa es que sea hermosa a la vista y eso es lo que se hace en esta película. El resto de combates (que son 2) tiene demasiados cortes de cámara, escasa duración y poca continuidad. Ya que lo considero un elemento secundario, esta vez no es tan importante para mi valoración global.
Echando un cable a los que todavía estén buscando explicación al curioso final…Si algo he intentado dejar claro es que hay un grupo de protagonistas muy concreto. Vayan descartándolos según se produzca el desenlace y fíjense en el hecho de que los cortesanos abandonan la sala con total indiferencia.
En conclusión. “The Banquet” es una obra que lleva ese “preciosismo visual” del wu xia hasta el límite, olvidando quizás acercar el argumento a la mente del espectador y basando todo su poderío en la imagen. Gustará con toda seguridad a aquellos amantes de la estética y el teatro. Para el resto sería mejor dejarla pasar o verla por curiosidad.
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