Más de lo mismo
Por Master of Hate
De modo bastante rápido nos llega esta tercera parte de la exitosa saga “Marrying The Mafia”, que en realidad no me había generado grandes expectativas, por lo poco convincente que resultó su pre-secuela. Más allá de que se trate de una saga que siempre consigue su objetivo en cuanto a taquilla, queda un sabor bastante agridulce porque hay pocas cosas rescatables en está cinta, incluso después de haber asumido que se trata de una comedia más. El director ha sido nuevamente Jeong Yong-ki cosa que no sorprende en lo absoluto pues fue él quien dirigió la segunda parte.
Como buenos seguidores de la saga probablemente sepan cual es la relación entre las tres partes, pero por si las dudas lo explico: Esta tercera parte es una secuela directa de la segunda parte, sin embargo ninguna de éstas tiene relación con la primera parte, que dicho sea de paso, es mi favorita. Pues bien, esto nos sugiere que para ver esta tercera parte y mejorar en algo las probabilidades de que nos resulte entretenida, hay que ver, casi por fuerza, la segunda parte.
La historia empieza con la salida de Bong Myung-pil (Kong Hyeong-jin, “Quiz King”) de la cárcel y el inicio de su venganza en contra de la familia “tigre blanco” que por su parte ha dejado el bajo mundo y se ha dedicado al negocio del Kimchi. El malévolo plan consiste en obtener la receta secreta del delicioso Kimchi que está resultando todo un éxito, luego, sabotear la distribución del producto y llevar a la familia a la quiebra para finalmente apoderarse del lucrativo negocio. Al final, La familia no tiene otra alternativa que tomar la ley en sus manos.
Lo más positivo que puedo decir sobre esta cinta es que quienes hayan disfrutado de la segunda parte quedarán bastante conformes con esta continuación, y no sólo porque volverán a ver a los mismos personajes o por la continuidad que se le ha dado a la historia, sino porque se repite el mismo tipo de humor, y muchas de las situaciones vistas anteriormente. Por otra parte, quienes esperen que el nivel haya subido significativamente se llevarán un chasco porque sencillamente no hay innovación, la historia es ingenua y sin la más mínima dosis de originalidad. El humor es bueno, pero nada que haga olvidar la falta de imaginación que inunda la historia.
Las actuaciones rozan lo decente pero en estos casos se hace un tanto difícil de evaluarlas debido a lo poco que exige un papel calcado de la segunda parte. En todo caso, volvemos a ver a Shin Hyeon-jun (“Shadowless Sword”, “Barefoot Kibong”), Kim Won-hie (“Oollala Sisters “) y a Kim Su-mi (“Mapado”, “Barefoot Kibong”) entre otros.
La pregunta que me invade es que ¿se está pensando en una cuarta parte?. Los números indican que es muy probable. A pesar de ser una cinta que sólo recomendaría a los seguidores más acérrimos de las comedias coreanas y a los fans de la saga, no oculto mi descontento y una gran decepción. En todo caso, secuelas taquilleras como éstas son necesarias, y hay que tolerarlas.
Como buenos seguidores de la saga probablemente sepan cual es la relación entre las tres partes, pero por si las dudas lo explico: Esta tercera parte es una secuela directa de la segunda parte, sin embargo ninguna de éstas tiene relación con la primera parte, que dicho sea de paso, es mi favorita. Pues bien, esto nos sugiere que para ver esta tercera parte y mejorar en algo las probabilidades de que nos resulte entretenida, hay que ver, casi por fuerza, la segunda parte.
La historia empieza con la salida de Bong Myung-pil (Kong Hyeong-jin, “Quiz King”) de la cárcel y el inicio de su venganza en contra de la familia “tigre blanco” que por su parte ha dejado el bajo mundo y se ha dedicado al negocio del Kimchi. El malévolo plan consiste en obtener la receta secreta del delicioso Kimchi que está resultando todo un éxito, luego, sabotear la distribución del producto y llevar a la familia a la quiebra para finalmente apoderarse del lucrativo negocio. Al final, La familia no tiene otra alternativa que tomar la ley en sus manos.
Lo más positivo que puedo decir sobre esta cinta es que quienes hayan disfrutado de la segunda parte quedarán bastante conformes con esta continuación, y no sólo porque volverán a ver a los mismos personajes o por la continuidad que se le ha dado a la historia, sino porque se repite el mismo tipo de humor, y muchas de las situaciones vistas anteriormente. Por otra parte, quienes esperen que el nivel haya subido significativamente se llevarán un chasco porque sencillamente no hay innovación, la historia es ingenua y sin la más mínima dosis de originalidad. El humor es bueno, pero nada que haga olvidar la falta de imaginación que inunda la historia.
Las actuaciones rozan lo decente pero en estos casos se hace un tanto difícil de evaluarlas debido a lo poco que exige un papel calcado de la segunda parte. En todo caso, volvemos a ver a Shin Hyeon-jun (“Shadowless Sword”, “Barefoot Kibong”), Kim Won-hie (“Oollala Sisters “) y a Kim Su-mi (“Mapado”, “Barefoot Kibong”) entre otros.
La pregunta que me invade es que ¿se está pensando en una cuarta parte?. Los números indican que es muy probable. A pesar de ser una cinta que sólo recomendaría a los seguidores más acérrimos de las comedias coreanas y a los fans de la saga, no oculto mi descontento y una gran decepción. En todo caso, secuelas taquilleras como éstas son necesarias, y hay que tolerarlas.
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