¿Hipocresía o sinceridad?
Por Fingolfin
Toshiaki Toyoda, (“Pornostar” y “Blue Spring”), dirige este drama basado en la novela de Mitsuyo Kakuta, y desde el principio llama la atención por una serie de técnicas, detalles y características que describiré a continuación.
“En mi familia no ocultamos la verdad, ningún tema es tabú, y compartimos todo los unos con los otros”. Así funciona la familia Kobayashi, formada por Takashi y Eriko (padre y madre), Sacchan (abuela), Ko y Mana (hijo e hija). Lo que parecen una serie de normas que se basan en la sinceridad, terminan creando una situación de tensión, mentiras e hipocresía, haciendo todo lo contrario a su norma y guardando las apariencias de unidad familiar.
Personalmente he podido apreciar quizás de forma muy especial el vocabulario del film. Ya de por sí es una de las cosas que mas llaman la atención, pero cuando traduces los subtítulos y te olvidas de las imágenes puedes fijarte mas aun si cabe de lo curiosos que son. Están repletos de expresiones vulgares, malsonantes, coloquiales o incluso “particulares” (tal es el caso de referirse al momento de la concepción con un: ¿cómo me cocinasteis?). Se consigue un efecto directo e incluso impactante al espectador, al ver como se tratan temas tan serios como enfermedades sexuales, cáncer o sexo, con total naturalidad o incluso con sentido del humor.
El tema principal de la película es la educación familiar. Eriko es la creadora de ese núcleo familiar tan estricto, poniendo reglas que ella misma quebranta y cuyo único objetivo es mantener la unión. Desde el principio sabe de la infidelidad de su marido y aun así siempre guarda una sonrisa hipócrita para él y para su amante.
Sin embargo el perfil y la manera de ser de Eriko se remontan a su vez a su propia infancia, con una madre despreocupada, que la trataba mal, que la ignoraba…y a la que en la actualidad detesta y desea la muerte.
El resto de personajes son bastante secundarios, sus funciones únicamente son las de golpear a la familia externamente. Mokki, Sacchi, Mina…todos ellos se limitan a hacer aportes negativos en mayor o menor medida, provocando la desestabilizad familiar.
Dejo para el final lo más llamativo de todo: las cámaras. Desde el primer instante tenemos una imagen que gira y da vueltas en torno a la lámpara que corona la mesa donde se desarrollan los mayores despliegues de hipocresía. Durante el resto del film prácticamente no permanece inmóvil, moviéndose levemente hacia delante, hacia atrás, girando, dando vueltas, desplazándose lateralmente…o usandose de manera asfixiante para los flashback o imaginaciones.
En conclusión, una película de calidad que sin embargo puede quedar olvidada fácilmente en los recuerdos del espectador si no le dedica la atención y el análisis necesario. Muy importante entender el final, que quizás es lo único que quedará en mi mente dentro de un tiempo.
The Hanging Garden (2005)
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