El miedo a la realidad
Por Kino no Youko
“Soñé que era una mariposa, volando y volando
en el cielo; entonces desperté. Ahora me pregunto:
¿Soy un hombre que sueña ser mariposa, o soy
una mariposa que sueña ser hombre? “
- Chuang Tsu / Chuang Tse
Pese a muchas deficiencias, “Nagai yume”, como es conocido el telefilme pensado para TV en Japón, increpa de manera muy pura la raíz del miedo en nuestro hombre de hoy:
El miedo a perderse en una realidad ajena a la propia vida, ensimismarse en su existencia a tal punto de desligarse de ella, de la sociedad, del mundo y finalmente de él mismo.
Es sumamente curioso que mientras investigaba información sobre esta historia, haya dado con algo fundamental que servirá como antecedente importante en la lectura de la película. Lo siguiente aparentemente no tiene que ver con la trama, o descripción de la historia en sí, sino más bien es un anexo importante a considerar, sobre todo una vez concluida la película.
La Paroxetina, es un fármaco de ocupado en psiquiatría para el tratamiento de una de las enfermedades más conocidas, pero no por ello menos comunes del día de hoy. El medicamento combate de manera satisfactoria la denominada “Fobia Social o Trastorno de Ansiedad Social”. Siendo ésta una enfermedad que provoca el experimentar incertidumbre, ansiedad e inseguridad al conocer a personas nuevas debido a un gran grado de ansiedad provocado por estas situaciones.
La fobia social, tiene tratamiento muchas veces de por vida. Pero sin este tratamiento, quien la padece, lleva una vida insufrible. El mundo es un completo extraño y lleno de trampas que mermaría la autoestima, calidad de vida, etc. tendiendo, quien la padece, al aislamiento y evasión de la realidad.
Lo curioso de todo esto es que uno de los efectos secundarios de la Paroxetina, según lo que muchos pacientes han informado, es justamente la sensación de que en el sueño las cosas y situaciones que se viven gozan de mayores detalles, mayor nitidez en la retención de datos y experiencias, lo que en definitiva les da la sensación de que sus sueños parecen durar más de lo que realmente duran.
Son muchas las coincidencias. Si consideramos que, la trama del film trata de un neurólogo y su asistente quienes trabajan en una clínica de terapia y tratamiento de pacientes en Tokyo, muchos de ellos ligados a la psiquiatría.
La historia muestra la vida de dos de los internos, siendo el primero una joven a quien le detectaron un tumor cerebral benigno, sin embargo, está internada debido a sus serios cambios de ánimo. Su condición la tiene convencida que la mayor parte de las noches es visitada por el espíritu de la Muerte quien se presenta en la forma de un ser horrendo, con garras y rostro desfigurado. Lo interesante es que no se trata de la Muerte, sino de otro paciente que está bajo los cuidados de ambos médicos en la clínica y la visita. Él se encuentra internado por estar aquejado de una rara enfermedad que no le permite distinguir los sueños de la realidad y atestigua que sus sueños duran, días, meses e incluso años…
Es una historia interesante. Pese a la precariedad técnica y el bajísimo presupuesto con que contó en su rodaje, “Long Dream” es una historia de verdad muy buena. Lo onírico y psicodelia se juntan formando un relato que atrapa y seduce. Una idea que quizá alguien, algún director con visión tome y desarrolle quedando esta pieza como su antecedente.
A cargo en la dirección Higuchinsky, al igual que en “Uzumaki”, se presenta una historia rara, psicótica y representando de manera muy digna el horror hacia la locura y la perdida del juicio. Cerca de una hora para una historia de culto entre los seguidores del terror asiático.
Long Dream (2000)
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