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Ebola Syndrome (1996)


El contagio mortal
Por Squareta

En 1996 Herman Yau aparece con otra cinta para el recuerdo, aunque sin los aires frescos de la primera. Se trata de “Ebola Síndrome”, película que mezcla el humor con los excesos, aunque esta vez sin dramatismo de por medio.

Nos situamos en Hong Kong en el año 1986. Aquí vive Kai, un hombre a quien se le ha descubierto la infidelidad que mantenía con la esposa de su jefe. Para salvarse de la paliza y posible muerte decide eliminar con todas las pruebas, en otras palabras, matar a todas las personas que lo vieron. Dicho y hecho, decidió escaparse hacia Sudáfrica, donde se ganará la vida como empleado de un restaurante chino. En un viaje de rutina con su nuevo jefe en busca de carne se contagia con virus ébola. Sin embargo, el mortal virus no acabó con su vida y paso a ser uno de esos extraños casos en que es inmune y portador del virus. Sin tener idea de esto, continuará normalmente con su vida, esparciendo el virus por todo el mundo.

Durante su transcurso se pueden ver interesantes elementos, como la alusión constante a la discriminación de los blancos en contra de los orientales y también el punto de vista que les dan a la tribu zulú.
Buscando similitudes con Untold Story se pueden encontrar bastantes. Primero, están los mismos excesos que hicieron de Untold Story una película de culto: las numerosas muertes, el sexo, lo grotesco y el humor negro. Incluso hay una escena en el restaurante que es muy similar. También están presentes los policías, aunque esta vez no se enfocan en ellos, sino en una sobreviviente de Kai, que busca atraparlo para saldar la deuda.

En el papel principal, de nuevo tenemos a Anthony Wong Chau-Sang haciendo de lunático asesino. El resto de los personajes no son sólo orientales, sino que también están estadounidenses y sudafricanos. El idioma inglés es muy utilizado, así también como los paisajes de Sudáfrica, la civilizada y salvaje.

Resulta igual de entretenida que la anterior y también de visionado obligado. Son esas películas un tanto traumantes que no todos pueden aguantar pero que en realidad se les puede sacar un poco más que entretención garantizada. Más divertida y efectiva, pero menos novedosa que Untold Story.

Death Shadows (1986)


La licencia perdida
Por Fingolfin

Otra más del afamado director Hideo Gosha. Me ha resultado muy novedosa en algunos aspectos y me he visto con muchas dificultades a la hora de ubicarla en alguna de las etapas del autor. Sus dos películas mas cercanas eran las estilísticamente parecidas “Hunter in the Dark” y “Kumokiri Nizaemon”, 7 años antes que esta. “Death Shadows” cuenta con un argumento tan cuidado como las dos mencionadas pero reduciendo la duración sustancialmente.

La historia comienza con 3 condenados a muerte a los que se les da la oportunidad de convertirse en mercenarios de la policía a cambio de perdonar sus vidas. Un día, uno de ellos (Yasuke) se reencuentra con su hija después de muchos años y a causa de su debilidad, él y sus 2 compañeros son asesinados, optando ahora la policía por usar a su hija como relevo bajo el mismo trato que tenía él.

Con Hideo Gosha, salvo en sus primeros films, rara vez encontramos argumentos tan simples como el expuesto. Esa sinopsis de arriba es simplemente la presentación de la historia real, donde el enemigo es uno de los clanes mas importantes de Japón. La misión de los “verdugos de las sombras” es conseguir las pruebas suficientes para poder culpar al clan de negocios ilegales y obligar a su disolución.

La primera nota “curiosa” que nos deja Gosha es que los 3 protagonistas iniciales no pueden hablar, ya que el comisario les corta las cuerdas vocales asegurando su silencio y su secreto. Sin embargo el papel comunicativo de Yasuke es importante por lo que se recurre al lenguaje de gestos y a la voz de un narrador que se pone en la piel del actor.

La segunda característica y quizás la mas notoria son los interludios periódicos que se hacen durante el film. Nada más empezar la película aparece una mujer bailando con una cinta de las que se usan en gimnasia rítmica mientras van apareciendo los créditos. Es un detalle parecido al de las antiguas películas de kung fu, cuando un personaje nos entretenía esos primeros dos minutos haciendo movimientos sobre un fondo liso.

El caso es que cada cierto tiempo en algunos cambios de escena se introducen bailes que no llegan al minuto de alguna de las dos protagonistas. Durante todo el film hacen 3 cada una en un escenario lleno de humo y con luces de colores de fondo. Esta técnica es una manera de vencer el defecto que tenía “Hunter in the Dark” y “Kumokiri Nizaemon” que componian 3 horas de monotonía y desarrollo sin interrupción. Da un breve descanso mental al espectador para continuar como si no hubiera pasado nada.

Las coreografias pasan por varias etapas según el tipo de arma utilizada. En principio se utilizan cuchillos cortos con una pequeña bifurcación en la parte de arriba del mango (desconozco como se llaman). En estos casos la acción suele ser muy rápida, con mucha pausa espada contra espada, y en escenarios demasiado concurridos para disfrutar completamente de los movimientos.

Los más destacables son los duelos a espada, coreografiados de una manera que no había visto jamás en el cine de katanas. Las espadas chocan continuamente sin dar la sensación de buscarse descaradamente. La continuidad es enorme y prácticamente no hay pausas aunque se trate de un combate uno-contra-muchos. La cámara es fija y no suele cambiar hasta que acaba la lucha.

Finalmente tenemos los combates donde se ve implicada el arma más curiosa de todas: la cinta. Esa cinta de gimnasia que mencionabamos arriba es la utilizada por Ocho en sus combates, moviendola constantemente en espectaculares figuras y añadiendole un ruido propio del giro de una cuerda.

Dentro de los personajes no he encontrado ninguna actuación destacable. Hay un gran numero de actores que se dividen el tiempo de escena casi equitativamente, no dejando que ninguno se eleve por encima de los demás. Sin embargo no podemos pasar por alto el papel del inspector (conocido como Diablo), que es un loco perturbado con gustos y actitudes excéntricas; y el papel de Orén, que interpretada por Mari Natsuki es la que mejor impresión da. Suele mirar a la cámara mientras habla con los demas personajes y tiene una risa demasiado diabólica que resta calidad a su actuación.

Como valoración final, es un buen film que trata de mostrarnos el submundo de los samurais, manifestado en la corrupción de la policía y los clanes. Como he dicho muchas veces, nunca he encontrado una película de Gosha de la que realmente pueda decir “me encanta” pero con “Death Shadows” he disfrutado al menos de un Gosha muy cercano a mi gusto personal.

The Show Must Go On (2006)


Un show que vale la pena
Por Master of Hate

Por falta de tiempo no había comentado “Rules of Dating” aunque recuerdo que me pareció una cinta por encima del promedio. Ahora con “The Show Must Go On” creo que va siendo necesario reconocer que Han Jae-rim tiene la capacidad necesaria para desprenderse del montón y poner a nuestra disposición trabajos bien logrados y, quizás con el tiempo, una sorpresa mayúscula.

“The Show Must Go on” es la historia de In-gu (Song Kang-ho) un hombre que ha vivido 20 años en el mundo de la mafia esperando poder algún día conseguir lo suficiente para sacar adelante a su familia. A pesar de su dedicación y lealtad hacia la organización las cosas no lucen nada bien ya que las disputas internas con el hermano del jefe están por estropear sus planes. Además de esto, In-gu tiene que enfrentarse a los constantes reproches de su esposa y al rencor de su hija quien desprecia su trabajo. La vida de este hombre se desmorona rápidamente, pero él lucha por no caer.

Dirigir una cinta de gángsteres parece ser el sueño de todo director surcoreano, y es que da la impresión de que tarde o temprano todos quieren hacer una película así (aunque en este caso, en gran parte también es un drama familiar). Esto no supone algo negativo cuando hay un guión sólido y las ideas suficientes para construir un filme que vaya más allá de lo que ya se ha visto hasta ahora. “The Show Must Go on” toma la vida de un hombre; muestra su debacle y su lucha por no perder lo que ha conseguido. Así de simple es la trama, pero aunque parezca sencilla, el director sabe como ganarse el interés del espectador y mantenerlo pendiente en todo momento.

No es ninguna sorpresa el que uno de los alicientes más importantes para visionar este trabajo sea la gran actuación de Song Kang-ho {“The Host”, “Memories of Morder”), pero es finalmente el director el que construye una historia sólida, una especie de tragicomedia que refleja las desventuras de un padre amoroso que tiene que lidiar con su mala suerte y un alud de problemas.

Probablemente no estemos ante la película del año, tampoco al trabajo más representativo del cine de gángsteres, pero sí tenemos una cinta que, combinando un poco de todo, logra entretener y además tiene el potencial de gustar a distintos tipos de público. En definitiva, un trabajo que vale la pena.

Tomie: Re-Birth (1999)


El pánico a lo desconocido
Por Squareta

Esta cinta marcó el debut cinematográfico de Takashi Shimuzu, el que más tarde se haría famoso por su serie Ju-On. Comienza con un chico totalmente enamorado pero que en un acto compulsivo acaba con la vida de su amada. Sus amigos van a visitarlo y descubren el macabro hecho, el que deciden ocultar. Van al bosque y la entierran, sin saber que aquella muchacha es Tomie.

La historia se centra en tres chicos: El amante y sus dos amigos, Shun y Takumi. Shun es soltero así que no pasará mucho tiempo antes de caer rendido a los pies de la chica inmortal, sin importarle que fuese pareja de su amigo y causando el enojo de su madre quien no quiere por nada en el mundo que se ligue con Tomie. Takumi tiene pareja pero no puede sacar de su vida a Tomie, lo que provoca los celos de ella y un gran drama dentro de la relación.

El regreso de Tomie se ve en un nuevo escenario, mostrando cómo son las cosas cuando hay otra mujer cerca. Ya se sabía las dificultades que tiene Tomie para encontrar pareja estable pero ahora se sabe que tampoco puede tener amistades con chicas, ya que todas le tienen celos y es por eso que aunque le sobran los hombres está destinada a estar sola, hecho que puede justificar su actuar (¡aparte del hecho de que sea un monstruo!).

Con esta película la saga vuelve a caer en un ritmo lento aunque manteniendo la trama más elaborada, en un nivel similar a “Replay” pero con momentos de terror más elegantes de los que se vio en dicho film. Lo nuevo que se descubre de la chica es que puede traspasarse por objetos inanimados, lo que sumando a que es inmortal y se multiplica, la convierte en una plaga imparable.

En el rol de Tomie está Miki Sakai, quien ha participado en una gran lista de series de televisión y que ha sido la Tomie más experimentada hasta la fecha.

En resumen, para ver más como una rareza de Shimizu que como un film de terror. Otro de los puntos altos de la saga, dentro de la calidad de la misma obviamente, de la que ya se ha mencionado que no es muy alta.

Rang de Basanti (2006)


El cambio es posible
Por Casandra

“Rang de Basanti” fue uno de los films más exitosos de 2006 en la India. Recibió multitud de premios en los Filmfare Awards, Star Screen Awards, Stardust Awards, GIFA Awards, Zee Cine Awards, IIFA Awards y BAFTA Awards. Suscitó polémicas, y el público y la crítica en su mayoría la señalaron como una gran película.

La historia es narrada por Sue (Alice Patten), una joven inglesa que llega a Mumbai con la idea de filmar un documental. Basándose en el diario que escribió su abuelo, un oficial británico, intenta reconstruir la gesta de un grupo de revolucionarios que lucharon por la independencia de la India. A través de una amiga, conoce a un grupo de desencantados universitarios que la acompañan en el proyecto. Poco a poco, lo que comenzó como un mero entretenimiento, provoca un fuerte cambio en los jóvenes.

El film se apoya en algunos hechos reales, como los problemas con el ministerio de defensa y el asunto de los MGI, y plantea una crítica explícita contra la corrupción en el país. Los personajes están delineados con un trazo fino, y cada uno posee rasgos psicológicos que ayudan a crear su prehistoria.

En el comienzo del film, los cuatro amigos, Dj (Aamir Khan), Aslam (Kunal Kapoor), Karan (Siddharth Narayan) y Sukhi (Sharman Joshi) no logran comprometerse con su país, porque lo ven como una nación viciada por la corrupción. Ante eso, su única salida sería emigrar. La llegada de Sue los enfrenta a otra realidad, y los empuja a tomar partido para modificar su país.

El film cuenta con un guión elaborado, la precisa dirección de Rakeysh Omprakash Mehra, la bellísima fotografía de Binod Pradhan y excelentes actuaciones. El guión consigue incrementar la tensión conforme avanza el relato, al tiempo que desarrolla en paralelo la historia de los revolucionarios del pasado y la de los jóvenes que ocupan sus roles en el documental que están filmando. Si en la primera parte el humor es un elemento común, en la segunda el giro dramático cambia el tono del film. La fotografía elige tonos ocres para la historia de los revolucionarios y colores vivos para la actualidad. En cuanto a la música de A. R. Rahman, no se destaca especialmente y funciona como un mero acompañamiento.

Las actuaciones son uno de los aspectos más destacados de la película. Más allá de la extrañeza que puede causar ver a Aamir Khan (de 42 años) como un estudiante universitario, el resto del casting parece bastante apropiado. Las interpretaciones de Soha Ali Khan, Madhavan, Sharman Joshi, Atul Kulkarni y hasta del propio Aamir Khan son muy buenas. Dentro de un reparto sin fisuras, se destacan ampliamente Kunal Kapoor, Alice Patten y Siddharth Narayan.

Sin lugar a dudas, “Rang de Basanti” es una muy buena opción para acceder al cine de la India para aquellos que aún no se han animado, dado que conjuga buenas actuaciones con un guión claro y una realización impecable.

Hana Yori Mo Naho (2006)


¿Venganza?
Por Fingolfin

Esperadísima película para el 2006, que utiliza como carta de presentación los 7 premios recibidos en festivales de todo el mundo, y el hombre encargado de su dirección: Hirokazu Koreeda (quizás mas conocido por “el director de Nobody Knows”). No solo el éxito de su último trabajo es el que atrae público y crea expectación, sino que un factor importante ha sido la curiosidad por acercarse a su debut en el género samurai.

Soza es un samurai instalado en un barrio pobre de Edo. Su clan lo ha enviado a vengar a su padre bajo la promesa de una recompensa. Sin embargo su habilidad con la espada es nefasta, y su debilidad y compasión dificultarán enormemente su objetivo.

Venganza. Un tema tan típico del cine samurai como lo es el amor en el cine romántico. La venganza siempre ha sido mostrada tradicionalmente como algo honorable, y precisamente fue uno de los factores que dificultaron la comercialización internacional del cine chambara en sus inicios. Prácticamente cualquier película que podamos imaginar tiene una pequeña dosis, ya sea como elemento fundamental o secundario.

Tratemos de pensar por un momento, cual ha sido la historia de venganza más espectacular y admirable que encontramos en el panorama cinematográfico. ¿A nadie le vienen a la mente los 47 ronin? A día de hoy en esta pagina he comentado “The Loyal 47 ronin” (1941), “Chushingura” (1962), “The Fallo of Ako Castle” (1978), y “47 ronin” (1994). En todas ellas mostré mi enorme satisfacción y admiración por la historia (que además es verídica). Pues bien, lo que Hirokazu Koreeda hace en “Hana Yori Mo Naho”, es todo lo contrario. Trata de desmontar los ideales de venganza valiéndose de una técnica increíblemente intimista que busca la identificación del espectador con los personajes a través del realismo y la comedia.

Los sucesos del film se desarrollan simultáneamente a los preparativos de los 47 ronin (aunque representado de una manera insultantemente simple). Tratando de hacernos sentir compasión por el enemigo de Soza, desprestigiando los ideales de venganza, y ofreciendo otras alternativas, Koreeda hace que poco a poco vayamos perdiendo el interés por que esa venganza se produzca, y nos encamina psicológicamente a la búsqueda de un final feliz.

Algunos ejemplos ilustrativos de esa “degradación” de la historia, son frases como “un puñado de hombres para matar a un pobre anciano”…”un ataque furtivo de noche”…”un asesinato cobarde y cruel”…y hasta uno de los ronin antes de lanzarse al asalto llega a decir: “al final hemos acabado asaltándoles en sus camas”.

Saliendo del argumento, y entrando en las actuaciones, decíamos que el director era un novato en este género, algo que contrasta con algunos de los actores elegidos. Rie Miyazawa tiene en su filmografía “Twilight Samurai” y curiosamente, la versión de 1994 de los 47 ronin; a Tadanobu Asano ya le hemos visto en la piel de un samurai tanto en “Gohatto” como “Zatoichi”; y finalmente Katsuo Nakamura tiene un historial interminable en este género. Todos ellos actúan con una naturalidad apabullante, transformando la historia en algo íntimo y real, y con actuaciones muy comedidas, lejos de las exageraciones del cine clásico chambara.

La música es bastante moderna, por lo que al principio del film llega a producir un contraste muy parecido al de “Samurai Fiction”, pero que poco a poco se va adaptando, incluyendo además de la pieza alegre de presentación, otras melodías de carácter más dramático.

“Hana Yori Mo Naho” es una historia enormemente real e intimista, que trata de desmontar todo aquello a lo que nos tienen acostumbrados. Una valiente apuesta de Koreeda, que sin embargo en mi caso no ha conseguido más que provocarme unas ganas enormes de volver a revivir la historia de los 47 ronin. Fuera de eso, la película es estupenda, y quizás junto con “Shisso”, lo mejor que me ha dejado Japón este año.

Don't Look Back (2006)


Tres historias, tres decepciones
Por Master of Hate

Como gran fanático del cine independiente, y en particular del cine minimalista de directores como Hong Sang-soo, tenía muchas ganas de ver esta cinta que ha funcionado muy bien a nivel de festivales. Pese a que he intentado que me guste (de hecho por ahí ya empezó mal la cosa) no he conseguido sentirme medianamente satisfecho al final del visionado de este largometraje. ¿Razones? está claro que no todo cine minimalista esconde potencial creativo e innovador, y que tampoco hay que dejar que la crítica diga la última palabra.

“Don’t Look Back” recopila tres historias independientes que tratan temas un tanto similares. El primer segmento relata la vida de una joven que vive junto a su hermana y que está en un mal momento, pues se halla inconforme con su vida y con su novio. Finalmente más problemas le sobrevienen y termina, de cierto modo, perdiendo el control de su frágil vida.

El segundo segmento relata una historia de amor bastante peculiar en la que un muchacho termina enamorándose de una mujer desconocida, luego de que casualmente éste consigue obtener información sobre ella, gracias a un amigo que planea chantajear al amante casado de dicha mujer. Además de este traspié amoroso, el muchacho se ve en una situación muy comprometida ya que esta a punto de ser despedido de su empleo y no sabe que rumbo va a tomar su vida después de eso.

El segmento final muestra las vivencias de un hombre que decide realizar su servicio militar muy tarde y que a tan sólo días de completarlo descubre que su esposa ha iniciado una relación con otro hombre. Su vida está caracterizada por el desinterés hacía la gente y las cosas que lo rodean. Cuando trata de retomar el rumbo de su vida, parece que ya demasiado tarde.

Las historias en su conjunto son una clara alusión al desengaño de una generación que se enfrenta a problemas personales. Los protagonistas son estereotipos de lo poco usual, gente que de algún modo u otro esta llena de desesperanza y negativismo. El entorno en todas las historias refleja ciertas similitudes y características muy reconocibles en la sociedad moderna. Por ejemplo, en el tercer segmento se ve como hay dos mujeres profesionales, independientes, capaces de tomar dediciones por si solas y por consiguiente hacer las cosas a su modo, mientras el protagonista no ha conseguido ninguna seguridad económica y no sabe ni siquiera lo que va a hacer el día de mañana. En tanto que en la segunda historia tenemos a un sindicato que lucha por sus derechos y a una compañía que trata de salirse con la suya luego de despedir al personal. De este modo tenemos a gente que se enfrenta a dilemas tanto personales como laborales, y que vive con un constante desengaño.

A pesar de que la cinta tiene escrita sobre sí la palabra realismo con letras mayúsculas, queda en evidencia que no se trata de una historia fácil de digerir. La cinta tiene un ritmo sumamente lento y carece de dramatismo, es un tanto difícil mantener el mismo nivel de interés de principio a fin y no sentirse un tanto aburridos con historias que dicen todo de una manera tan obvia, y es que cuesta encontrar en ellas un sentido más profundo.

Se me viene a la mente la película “My beautiful days” como un referente interesante, que puede servir para hacer una leve comparación en cuanto al contenido, ya que “Don’t Look Back” se acerca más a ésta cinta que al mismo cine de Hong Sang-soo que es lo que probablemente algunos esperaban por los antecedentes del director Kim Young-nam quien fue asistente de Hong en “Woman is the Future of Man” . En todo caso, me atrevo a decir que lo que tenemos entre manos es un trabajo bastante hermético que a pesar de tener unas cuantas ideas significativas, no consigue entusiasmar y tampoco dará mucho que pensar.

Tomie: Replay (1999)


¿Has matado a alguien?
Por Squareta

El film se inicia frenéticamente, con doctores corriendo ya que ha llegado una pequeña niña de urgencia al hospital. Tiene solo seis años, pero está a punto de dar a luz. Los doctores, que apenas entienden la situación quedarán aún más perplejos después de operarla y es que no tenía un bebé en su interior, sino una cabeza que dice llamarse Tomie.

Este es el comienzo tan prometedor de la tercera película que lleva el nombre de Tomie. Dirigida por Tomijiro Mitsuishi, la historia gira entorno al hospital. Una Tomie nació en dicho lugar y llevará la maldición a todas las personas que la vieron nacer, entre ellos el jefe del hospital el que luego de presenciar el extraño hecho desapareció. La hija de él comenzará a investigar lo que ha pasado con su, encontrándose con la muchacha inmortal.

Lo bueno de Replay es que contiene elementos que sus antecesoras no tenían. Primero, una historia más elaborada ya que la cinta no sólo se queda en la chica inmortal y en sus amores (con todas sus consecuencias) sino que también vemos desarrollada la historia de Yumi, la hija del doctor, sus dramas familiares y sus nuevos amigos. Lo segundo es que posee unas cuantas escenas de terror más efectivas, se ve a Tomie más demoníaca y aumentan las escenas sangrientas.

El papel de Tomie fue interpretado por Mai Hosho, a la que más tarde se le vio también en “Suicide Club”. Los otros papeles principales son interpretados por Sakaya Yamaguchi y Yôsuke Kubozuka, quienes eran Yumi y Fumihito respectivamente.

Lo nuevo que se aprende de Tomie es que odia que le digan monstruo y los gusanos. Y lo más aterrador, que puede crecer dentro de las personas.

Uno de los puntos altos de la saga en relación a trama y terror, sin embargo no llega más allá que una cinta de terror promedio. Tampoco se le puede pedir más a una saga del tipo B.

I See You (2006)


Un espíritu y un amor
Por Casandra

Raj (Arjun Rampal), conductor estrella de televisión en Londres, arrogante y mujeriego incurable, cambia su vida cuando conoce a Shivana (Vipasha Agarwal). A decir verdad, conoce a su espíritu, porque Shivana está en coma…

“I See You” es una comedia romántica donde no faltan las canciones, algún elemento de suspenso alrededor de la donación de órganos, y el constante llamado a reafirmar la identidad de los ciudadanos indios dentro y fuera de su país. En su primer trabajo como director, Vivek Agrawal produce una obra modesta y entretenida.

El mayor mérito del guión es la economía para plantear las situaciones, algo no muy habitual en el cine de Bollywood. Su falla consiste en ser altamente previsible. De hecho, hasta se incluye una escena copiada de “Le Fabuleux destin d’Amélie Poulain” de Jean-Pierre Jeunet. A pesar de ello, queda claro que la única pretensión del film es entretener, y podemos decir que lo consigue.

A nivel de la puesta en escena, resulta interesante la acumulación de sentido que se logra a través de los objetos. Un espejo, un par de anteojos, la televisión, todo apunta a reforzar la idea de que el amor nos enseña a ver las cosas de otra manera. Shivana es invisible para todos menos para Raj. Al enamorarse del espíritu, Raj se libera de su ceguera.

Los personajes están claramente delineados e interpretados por los actores, y todos ellos ofrecen buenos trabajos. En el comienzo hacen una fugaz aparición especial Hrithik Roshan y Shahrukh Khan. En cuanto a la pareja protagónica, resulta bella y simpática, y la química entre ellos funciona. Es para destacar la naturalidad de Vipasha Agarwal, en su debut como actriz de cine.

En síntesis, “I See You” es una comedia romántica con actores físicamente agraciados y solventes en su labor. Si bien no podemos destacar su originalidad, resulta una película efectiva y entretenida.

Lady Snowblood 2: Love Song of Vengeance (1974)


Una carta explosiva
Por Fingolfin

El director Toshiya Fujita vuelve a traernos a la exitosa Yuki Kashima alias “Lady Snowblood” con una historia totalmente distinta. Hemos pasado de tener una película sobre el personaje para tener una en la que actúa como co-protagonista al servicio de la interesante trama política.

La historia está enmarcada en 1917. Cansada de luchar y huir, Yuki decide abandonar la espada y recibir su condena en la horca. De camino a su ejecución es rescatada por unos oficiales de la policía secreta que pretenden utilizarla como espía y arma contra los anarquistas. Es en medio de su misión cuando Yuki decide pasarse de bando conmovida por las palabras de Ransui Tokunaga.

Me sorprendió que hubiera segunda parte ya que el final de la primera era bastante concluyente. Durante los primeros minutos me vino a la mente el prototipo de segunda parte de película americana, donde se miran los puntos más exitosos de la primera y se repiten hasta la saciedad. El motivo es que cada 5 minutos hay un combate sin más explicación que la de perseguir a la protagonista, tanto por parte del gobierno como por caza recompensas. Gracias a dios el director ha sabido enfocarla bien hacia una historia mucho más productiva aunque demasiado encasillada en la política.

Las situaciones que mas se repiten en el film son las de torturas, una detrás de otra y a cual más sangrienta. A los prisioneros les hacen cualquier cosa para que confiesen, alcanzando el punto máximo cuando a uno de ellos le infectan con la peste y lo sueltan en medio de un barrio pobre (lo cual me suena demasiado peliculero desatar una pandemia por torturar un sospechoso habiendo otras posibilidades).

El título que he puesto al comentario va relacionado con el elemento que sustituye a “Lady Snowblood” como idea principal del film: una carta. Esa carta es una prueba concluyente contra el jefe de la policía secreta y un importante ministro, que llevaría a ambos a la horca en caso de hacerse pública. Los anarquistas pretenden aprovechar la oportunidad utilizando además la carta para desatar una revolución contra el poder.

La excesiva acción inicial va decayendo a favor del argumento hasta llegar al desenlace. Al encontrarnos en 1917 las pistolas y las escopetas son rivales a los que no se puede hacer frente con espadas, por lo que pondremos a prueba la imaginación del director para superar esa traba. Las coreografías están muy bien llevadas, destacando 2 escenas: el travelling frontal que abre el film con Yuki paseando mientras lucha despreocupadamente con unos caza recompensas, y el combate en 1º persona (como en un videojuego) que tiene lugar durante la parte final y que apenas dura unos segundos.

El argumento me gustó mucho, con una buena dosis de drama y acción que se combinan con la crudeza de las torturas y las muertes. Obviamente no puede gustarme tanto como la primera pero el director me ha convencido también en esta ocasión.

Project Makeover (2006)


Si de verdad Windows hiciera eso...
Por Master of Hate

La brecha que separa a una comedia regular de una buena es tan pequeña que al tiempo que escribo estas líneas aún no sabría bajo que categoría ubicar a ésta. De todas maneras, el hecho de que mi indecisión se encuentre en ese punto parece un buen síntoma ya que no se me ha ocurrido ponerla entre las desechables.

Na Jung-ju (Ko So-young), a sus treinta años, se siente bastante amargada y dolida por el abandono de su primer amor que, casualmente, es ahora un cantante famoso que está de moda. Na Jung. Na culpa de todos los fracasos de su vida a ese fallido primer amor; sin embargo, un día, gracias a su portátil, descubre que es posible viajar al pasado. Inmediatamente, decide hacerlo para cambiar la dedición que tomó de hacerle caso al chico que la dejó abandonada. Una vez en el pasado, (1994 para ser exactos) Na se encuentra consigo misma cuando era aún estudiante de secundaria y a pocos días de conocer al chico que le arruino la vida. Rápidamente, la Na del futuro consigue ganarse la confianza de la joven, intenta encaminarla por otros rumbos y trata de relacionarla con el chico que de verdad le conviene. Sin embargo, las cosas parece que volverán a ocurrir tal y cual como ya ocurrieron antes.

Curiosamente empezaré hablando un poco de lo malo de esta primera cinta del señor Kim Chang-rae. Todas estas historias de viajes al pasado están bastante vistas; pero lo realmente molesto es cuando los medios por los que esto llega a ocurrir son tan inverosímiles que uno llega a pensar seriamente en detener el visionado de la cinta pues se siente un tanto avergonzado de seguir mirando. De todos modos, quienes tengas problemas con estos detalles arguméntales, deben dejarlos pasar ya que la historia resulta más entretenida de lo que parece al principio.

“Project Makeover” (Go Go Sister) es humor simple sencillo y directo, con los momentos melodramáticos de rigor y los gags que no pueden faltar. De esta forma, tenemos una comedia, algo típica, y sin nada realmente original, pero que por la simpatía de sus personajes consigue entretener lo suficiente como para que sea condescendiente con ella y hasta la recomiende.

Una comedia más que, sin tener el potencial de las grandes del género, se las arregla para brindarnos un par de horas de entretenimiento fácil y accesible.

Tomie: Another Face (1999)


¿Qué harías por ella?
Por Squareta

Esta película está dirigida por Toshirô Inomata y se divide en tres historias, todas relacionadas con la chica inmortal. La primera de ella nos narra un triángulo amoroso entre una pareja de estudiantes y la nueva chica, Tomie, que llegó para romper esa relación. La segunda es sobre un fotógrafo obsesionado con encontrar a la muchacha perfecta, tal como lo era aquella mujer que veía todos los días cuando era un niño. Decide volver a su ciudad natal y ahí conoce a Tomie. La tercera historia nos muestra la vida de un hombre tan obsesionado con Tomie que estará dispuesto a hacer lo que sea para que su amor sea recíproco. En los tres capítulos se puede ver a un extraño sujeto que parece espiar a la muchacha.

En esta cinta Tomie se ve distinta pero sigue con sus rasgos característicos: sus ojos y su lunar. Además, esta película aumenta el ritmo y nos muestra una gran cantidad de historias, y es que a simple vista se ve que cada una se hace insostenible por tanto tiempo. Lo más curioso es que aunque son tres capítulos el film completo dura sólo 72 minutos, tiempo menor a la duración de una película común.

En el papel de Tomie se encuentra Runa Nagai, que aunque es desconocida mantiene un nivel creíble en la actuación. La calidad no ha mejorado mucho, ni tampoco el presupuesto. Y todavía no logra dar miedo, por el contrario, en esta ocasión son más las veces en que da risa la estupidez de los hombres que siguen con ella a pesar de todo lo extraño y malo que hace. Eso sí, la historia es más entendible que la anterior y esta vez además se conoce un nuevo secreto de Tomie: ella no sólo renace, sino también se multiplica.

Con una calidad aún inferior que la primera, no creo que merezca ser visionada al menos que quieran perder el tiempo o si realmente son fanáticos del manga.

Kabhi Khushi Kabhie Gham (2001)


Entre las tradiciones y el amor
Por Casandra

La feliz vida de la familia de Yash (Amitabh Bachchan) y Nandini (Jaya Badhuri) se ve perturbada cuando su hijo Rahul (Shahrukh Khan) se enamora de Anjali (Kajol), una joven de familia humilde. Desafiando a su padre y a sus tradiciones, Rahul se casa con Anjali, y al hacerlo es separado de la familia. Años después, su hermano Rohan (Hrithik Roshan) tratará de reunirlos nuevamente. Karan Johar, director de “Kal Ho Naa Ho” (2003) y “Kabhi Alvida Naa Kehna” (2006), nos presenta un drama familiar, con su habitual toque para retratar y transmitir las emociones de los personajes.

“Kabhi Khushi Kabhie Gham” fue un éxito arrasador en la taquilla en el momento de su estreno. Y no es para menos, considerando el reparto y la solvencia del director y los rubros técnicos.

Como en toda gran producción de Bollywood, la puesta en escena es espectacular. El film posee un importante despliegue de vestuario y escenografía. Los números musicales cumplen la expectativa del público, con canciones pegadizas y coreografías complejas con excelentes bailarines.

Las actuaciones son destacables, en especial en el caso de Shahrukh Khan y Kajol. La química entre Kajol y Shahrukh Khan es uno de los puntales que sostienen el film, y que desde 1992 con “Baazigar” ha ido creciendo en películas como “Karan Arjun” (1993), “Dilwale Dulhania Le Jayenge” (1996) y “Kuch Kuch Hota Hai” (1998). Tal vez por ello el interés del espectador decae cuando en la segunda parte, el devenir de la historia se centra en Hrithik Roshan y Kareena Kapoor. Khan y Kajol poseen un excelente timing para la comedia, y además de cantar y bailar, logran emocionar en las escenas dramáticas.

Los personajes de Rohan (Hrithik Roshan) y Pooja (Kareena Kapoor) están dibujados con trazo mucho más grueso por los actores que los interpretan. Del grupo protagónico, la única que no está a la altura es Kareena Kapoor por cierta tendencia a la exageración en el modo de hablar y de los gestos.

Por otro lado, Amitabh Bachchan ofrece un trabajo efectivo, mientras que Jaya Badhuri se luce en el personaje de la madre que lucha por reunir a su familia. Rani Mukherji tiene una breve y fundamental aparición como la novia elegida para Rahul por su padre.

El guión de Shenna Parikh trata de comunicar cierta normativa al construir un discurso en favor de la familia como institución y de la patria (India) para aquellos que emigraron de su país y viven de acuerdo a costumbres ajenas. La historia de esta familia intenta señalar la necesidad de preservar las raíces, aún cuando en la película el amor redime a quienes transgreden esa ley.

“Kabhi Khushi Kabhie Gham” es una gran película. Gracias a la precisión y al oficio del director Karan Johar y del guión, los 210 minutos de duración se disfrutan a través de las “risas y lágrimas” que promete el título del film. Johar maneja con soltura los momentos cómicos y los dramáticos, y el sólido elenco ofrece interpretaciones memorables.

Samurai Wolf II (1967)


Una dudosa liberación
Por Fingolfin

No tanto como la continuación, sino lo que habría podido convertirse en una serie de aventuras estilo “Lone Wolf and Cub” o la mismísima “Zatoichi”. Hideo Gosha vuelve a utilizar a Kiba Okaminosuke para una nueva aventura en un estilo muy parecido a la anterior, pero totalmente inconexas entre ellas.

Okaminosuke se cruza con un grupo de samuráis que portan unos prisioneros encerrados. Entre los condenados reconoce a un hombre muy parecido a como lo fue su padre antes de morir, por lo que decide protegerlo de los asaltantes y más tarde ayudarle a escapar. Con ese gesto desencadena una sucesión de intentos de venganza que terminan con el enfrentamiento del ronin liberado y su antiguo clan, con nuestro protagonista en medio.

Esta vez la duración es mas corta aún, descendiendo hasta los 68 minutos. El argumento tampoco da para mucho más, y prueba de ello es que el 60% del metraje esté compuesto de acción. Una ventaja sobre su predecesora es precisamente en este terreno, eliminando aquellas coreografías con cámara ralentizada (que ahora se utiliza para otras cosas), y utilizando una exquisita cámara fija aérea. Los personajes entran y salen del área de grabación a voluntad, dotando de mayor realismo y continuidad los combates.

El problema llega más tarde, cuando Okaminosuke comienza a tener problemas y sufre heridas en un brazo. Las coreografías dejan de ser elegantes para tornarse desesperadas, con un personaje que prácticamente se defiende como gato panza arriba.

El argumento es mucho mas pobre que el de la primera parte, y si bien se presentaba interesante cuando nuestro protagonista conoce al reo, después cae derrotado frente al aburrimiento, con una historia donde presumes exactamente lo que va a pasar, ya que la trama no tiene más salidas.

Como habrán podido apreciar, no me ha gustado mucho más que la primera, pero sigo reconociéndole un mérito bastante grande para pasar un rato entretenido. Lo cierto es que el personaje de Okaminosuke tenía el carácter y el perfil idóneo para convertirse en un incansable aventurero como los terribles Zatoichi e Itto Ogami. Una lastima que no se le dieran más oportunidades o se pusiera mayor empeño en un guión que supiera aprovecharle al máximo.

Sunflower (2006)


Un cambio necesario
Por Master of Hate

Este es el tipo de película que parece haber estado allí, esperando el momento propicio para inyectar al género una potente dosis de vitalidad. ¿A qué me refiero? Esta claro que la figura del “gangster” ha cobrado una importancia significativa que se ve reflejada en la producción cinematográfica de los últimos años. El problema surge cuando la historia se cuenta siempre de la misma manera, porque entonces tenemos “casi” clones de grandes cintas o imitaciones sin demasiado brillo. “Sunflower” se atreve a romper parcialmente la formula más tradicional y nos presenta algo distinto.

Tae-sik acaba de salir de prisión y se dirige a su pueblo natal en donde planea empezar una nueva vida. Su dócil y tímido carácter oculta el terrible y sangriento pasado que intenta dejar atrás. Pero es ese mismo pasado es el que hace que una familia le abra sus puertas y le ayude a empezar una vida honesta. Por otro lado, las bandas locales, atemorizadas por el regreso de Tae-sik, temen lo peor y se desesperan por su presencia. Lo que no saben es que Tae-sik se ha convertido en otra persona y ha prometido no volver a pelear nunca más, tan sólo pide una oportunidad para demostrar que ha cambiado de verdad.

Haciendo honor a la verdad, no esperaba mucho del director Kang Seok-beom, puesto que en “Mr. Handy” no hallé más que una comedia del montón (de esas que pasan sin pena ni gloria). En ésta, su segunda película, las cosas han mejorado notablemente. “Sunflower” es un magnifico drama con toques muy puntuales de comedia que nos muestra una figura distinta del gangster, pues la cinta trata más sobre el arrepentimiento y la reivindicación de un hombre y no sobre la lucha de héroe por hacerse un lugar en la organización.

La cinta trasmite mucho y muestra la otra cara de la moneda; la falta de fe en aquel que no supo llevar su vida decentemente y lo difícil que es borrar el pasado. El personaje de Tae-sik está muy bien interpretado por Kim Rae-won a quien vimos en la regular “Mr Socrates.” El único problema de la película son los villanos reciclados y caricaturescos (parece que hay que irse acostumbrarse a ellos de una vez por todas)

Estamos ante un trabajo muy bien balanceado, pues así como tiene su dosis de acción, tiene sus momentos dramáticos. Kang Seok-beom ha estado a punto de conseguir uno de los filmes más representativos del género; pero, desde mi punto de vista, hay algunos detalles que no terminan de rematar la película correctamente, pero aún así, confió en que quienes vean esta cinta queden muy satisfechos.

Art of the Devil 2 (2005)


La venganza prevalece
Por Squareta

Segunda parte de la película de horror tailandesa que narra sobre las venganzas y las maldiciones, “Art of the Devil”. Ésta se estrenó al año siguiente de la primera y está dirigida por la asombrosa cantidad de 7 personas, conocidos como el “Equipo Ronin” y quienes son: Kongkiat Khomsiri, Art Thamthrakul, Yosapong Polsap, Pasith Buranajan, Isara Nadee, Seree Phongnithi y Putipong Saisikaew.

La historia se inicia cuando cinco estudiantes deciden volver a su pueblo natal, para reencontrarse con su otro amigo, su maestra y el lugar. Una vez allá comienzan a recordar hechos que estaban olvidados y que lamentablemente volverán a estar presentes. Si con la sinopsis se les pasó por la mente que esta cinta podría parecerse a “My Teacher (2006)”, están gravemente equivocados.

Los que quedaron decepcionados después de ver el póster de su predecesora y esperaron ver mucho gore que nunca se hizo presente esta vez quedarán muy contentos, ya que ahora se encargaron de hacerlo el elemento principal, cumpliendo con creces y dando como resultado una de las películas más grotescas que he visto y que corresponden a la parte más oscura del cine oriental.

La historia no tiene que ver en nada con la primera parte y sólo se relacionan en la magia negra. En esta ocasión tenemos a estudiantes de protagonistas que dentro de su inmadurez cometieron uno que otro pecado. La venganza ante tales hechos fue aún peor y es por eso que ellos cayeron en la tentación de usar magia negra. Lamentablemente, tuvieron la mala suerte de jugar con las personas equivocadas. Por ese mismo error se desata una maldición sobre ellos que les dará unas muertes de lo más desagradables.

Técnicamente esta segunda parte ha mejorado en calidad, con efectos muy bien logrados y un argumento mejor montado. Las actuaciones también subieron de nivel e incluso la actriz Napakpapha Nakprasitte, quien interpreta a la profesora, se ganó una nominación como mejor actriz en su país.

En definitiva, ésta película resulta un mejor exponente que “Art of the Devil” en casi la mayoría de los aspectos, aunque no era muy difícil superar a su predecesora y menos si se tiene a tantos directores trabajando. Eso sí, sólo puedo recomendársela a los fuertes de estómago y amantes del gore, de lo contrario se podrían perturbar de por vida con el cine de terror oriental.

A Battle of Wits (2006)


Épica atípica
Por sinsangre

Bajo la dirección de Jacob Cheung llega una de las películas más esperadas por los aficionados al cine asiático. Una historia épica de asedio y resistencia, de honor y orgullo en la que se pone de relieve la capacidad del todopoderoso actor Andy Lau para levantar un proyecto de estas características y que se convierte en un espléndido espectáculo visual que no termina por alcanzar la alta cota que se esperaba de él por todos los seguidores del género. terminando por dejarte un ligero regusto amargo y una cierta rabia por la oportunidad fallida.

Porque la película adolece de un principio fundamental para que el espectador se sienta identificado con ella. Y es que no emociona. No te hace empatizar con la sufrida vida diaria de los habitantes del castillo asolado y eso termina por pasar factura a lo largo del desarrollo de la historia Hasta el punto en que cuando se acercan las hordas enemigas, uno termina por distraerse entre los tambores de batalla y no padecer lo más mínimo la angustia de quien se siente violentado por los bárbaros atacantes, terminando por restarle importancia a quienes caen en combate y quienes continúan en la brecha, independientemente del bando al que pertenecen.

El argumento no profundiza en la importancia que cada personaje de la historia debería tener y salvo el personaje principal de Andy Lau, el resto se reparte una pequeña dosis de pastel en el que se intuye pero no se asume su influencia para el devenir de la historia, terminando por desligar al espectador de la previsible trama.

El argumento de esta mastodóntica obra no es del todo original. Está basado en el manga Bokkou y cuenta una historia muchas veces vista en cine que a todos nos resulta atractiva de antemano. La lucha sin esperanza ante un enemigo superior en número y recursos con la inexperiencia y la ausencia de medios materiales apropiados para la ocasión. El álamo, el Abismo de Helm. Asedio en condiciones desfavorables que a todos nos termina por emocionar.

En un periodo de conflictos continuos entre los siete reinos independientes de la antigua región China, el ejercito de Zhao, liderado por el todopoderoso general Xiang Yanzhang intentará hacerse con el control de la pequeña ciudad-estado de Liang, a la que supera en número de combatientes de manera insultante. Sin embargo, en un acto de desesperación, la pequeña ciudad pide ayuda a la tribu de los Mozi, seguidores de la religión Mohista, que profesan el amor al prójimo y la confraternización de los pueblos. Al lugar acude un sólo hombre Ge Li (Andy Lau), estratega experto y deseoso de ayudar allá donde lo necesiten.

El personaje de Andy Lau lleva todo el peso de la historia. Es el encargado de movilizar a la temerosa población de Liang usando para ello el carisma que le proporciona su filosofía pacificadora. A su alrededor fluctúan soberbios reyes, recelosos príncipes y cautelosos enemigos. Sin embargo, lo que se intuye como un paso adelante en el desarrollo de la historia (presentación del jefe arquero, desesperación de los esclavos, venganza de los lugareños) queda rápidamente olvidado por el nulo avance en sus tramas y el olvido en otras nuevas que no mantienen una pizca de interés. Por no comentar el personaje femenino introducido de forma innecesaria para caramelizar una historia que resta credibilidad al conjunto.

La mejor baza con la que cuenta la película es la dirección acertada de las secuencias bélicas que suponen el núcleo de la trama. Más en concreto, las diversas estrategias con las que el personaje de Ge Li se las ingenia para contrarrestar el ataque enemigo. Siempre he disfrutado de la fuerza de la pluma frente a la espada y momentos como la defensa ante la lluvia de flechas ardientes merece por sí solas el visionado complaciente de esta obra.

Del mismo modo, el nivel de ambientación logrado en la película, su dirección artística en conjunto, es sublime y consigue hacerte sentir miembro de aquella denostada sociedad china de guerras y ambiciones. Sobresaliente ejercicio de vestuario, peluquería, maquillaje y demás categorías que adornan el fallido producto final.

En definitiva una historia efectiva en cuanto a la ambientación y a las secuencias bélicas, perfectamente desarrolladas que, por desgracia, se queda en solo eso. En espectáculo vacío y carente de una fuerte historia que lo convierta en una producción de mayor relevancia.

Veer-Zaara (2004)


Sacrificio por amor
Por Casandra

La joven Zaara (Preity Zinta) escapa de su casa paterna en Pakistán para cumplir una promesa que la lleva hasta la India. Allí, un accidente la reúne con Veer (Shahrukh Kahn), piloto de la Fuerza Aérea. Se enamoran, pero el destino los separa y Veer es encarcelado. Veintidós años después, una abogaba pakistaní intentará ayudarlo.

Dirigida por Yash Chopra (“Dil To Pagal Hai” 1997), el film retoma dos topos centrales del melodrama, la identidad como problema y la pareja imposible. El primero tiene varias aristas: por un lado, podemos referirnos a la pérdida del nombre en el caso de Veer Pratap Singh porque durante su estadía en la cárcel pasa a ser identificado como el prisionero número 786. Es interesante notar que 786 es un número altamente significativo para los musulmanes. Como explicita la abogada interpretada por Rani Mukherjee, Allah está en todos los hombres y por ello, todos merecen el respeto que le es negado al protagonista. Por otra parte, la identidad aparece problematizada en los personajes de Zaara y de Saamiya (Rani Mukherjee), dos mujeres que se enfrentan al rol que la sociedad les asigna por su género. Finalmente, el hecho que da comienzo al viaje de Zaara no es más que el pedido de su nodriza de descansar en su madre patria.

El segundo aspecto sobre el que se centra este melodrama es la pareja imposible de Veer y Zaara. El amor imposible entre ellos está atravesado por el conflicto indo-pakistaní. Pakistán, antes territorio de la India, fue creado por los colonialistas en 1947. Desde entonces, ha estado fuertemente ligada a los intereses de países como Inglaterra y Estados Unidos. Motivos políticos como el apoyo brindado por la India a Pakistán del este que concluyó en la independencia del territorio y la creación de Bangladesh, y disputas territoriales como la que gira en torno a la región de Cachemira, han llevado a los países a tres guerras que aún hoy continúan enfrentándolos.

Por otro lado, abundan otros procedimientos típicos del género, como la coincidencia abusiva, el maniqueísmo (los buenos son muy buenos y los malos son malísimos), y cierta vocación didáctica.

La película no evita algunos lugares comunes, pero a pesar de ello, ofrece intensos momentos dramáticos. El relato está focalizado en el personaje de Veer, el héroe bondadoso, decente y enamorado que tolera hasta lo indecible a fin de evitarle cualquier problema a su amada. Zaara es evocada por su voz, cuando decide contar su historia a la abogada. A través de los flashbacks, Veer reconstruye su historia. Este procedimiento está claramente señalizado, para no dejar lugar a dudas del orden temporal de los hechos.

El film cuenta con buenas actuaciones, tanto en los papeles principales de Shahrukh Kahn y Preity Zinta, como en los trabajos de Rani Mukherjee, Hema Malini y el enorme Amitabh Bachchan. Shahrukh Khan ofrece una interpretación sólida en la juventud del personaje y más floja en su madurez, durante el encierro. Preity Zinta crea una Zaara muy vivaz. Rani Mukherjee construye el personaje más sólido del grupo y evita caer en excesos histriónicos. Su personaje, la debutante abogada pakistaní Saamiya Siddiqui, parece la mejor delineada del grupo.

Tal vez lo que conspira para que “Veer-Zaara” sea una muy buena película, es la excesiva duración. Ni los números musicales, ni las buenas actuaciones pueden hacer mucho cuando el guión se estanca. A pesar de ello, el film no deja de ser una buena opción para quienes disfrutan de los dramas románticos.

Pandemonium (1971)


Luces y sombras
Por Fingolfin

“Pandemonium” (de título original “Shura”) es obra de Toshio Matsumoto, conocido representante del cine experimental japonés, cuyas obras más famosas (además de la que hoy tratamos) son “Funeral Procession of Roses” y la más reciente “Dogura Magura”. El film que nos presenta está creado con la idea de que no caiga en el olvido, con una historia de las más desgarradoras del género y un juego de iluminación del blanco y negro que desafía los sentidos.

La trama comienza con un ronin (Gengobe) enamorado de una geisha (Koman). El fiel sirviente de Gengobe le presenta 100 ryo reunidos con gran esfuerzo por la gente del pueblo para que recupere su rango de samurai y participe en la venganza de la casa Enya. En ese mismo momento, Sangoro, le informa que el precio por la libertad de Koman es de 100 ryo, con lo que se le plantea un enorme dilema en cuanto al camino a seguir. Su decisión guiará las vidas de todos los implicados y los llevará a un tormentoso final.

Antes de nada debería hacer una aclaración importante. La película está basada en la obra tradicional Kabuki de Namboku Tsuruya y Shuji Ishizawa titulada “Kamikakete Sango Taisetsu”. Probablemente nos suene la venganza de “algo más de 40 hombres” y un montón de ronin que sobreviven esperando el gran momento. Si cambiamos Enya por Asano y Kono por Kira, entonces todo comenzará a cobrar sentido.

La historia solo puede ser considerada como “brutal”, con un gran parecido con la mítica “Throne of Blood” en cuanto a que se trata de un círculo de personajes que se llevan a la autodestrucción con sus propias acciones. Además de en lo argumental, la estética de los escenarios vacíos y la oscuridad ambiental también son muy similares. Los más avispados notarán que los estridentes sonidos de flautas en una de las escenas parecen directamente sacados de aquella obra de Kurosawa.

El director juega con los personajes pero también con los espectadores. Continuamente introduce ilusiones, sueños e imaginaciones que se funden con la historia central sin ninguna aclaración, por lo que será normal que en ocasiones no sepamos si fue un sueño o una realidad, salvo en los casos que a continuación la escena vuelve al punto de partida.

Conforme nos acercamos a la parte final las muertes pasan a ser mucho más duras, desgarradoras, alargándose interminablemente y explayándose en brutales primeros planos que dan al actor la oportunidad de demostrarnos lo bien que puede hacerlo. Esos rostros desencajados que no se apartan de la cámara en lo que nos parece una eternidad serán difíciles de olvidar aún después de unos días. Quizás el único film que ha logrado transmitirme unas muertes tan reales y descorazonadoras haya sido “The Wolves”, otra obra maestra de la época.

En el aspecto técnico está lo que en principio es más llamativo de “Pandemonium”: el blanco y negro. No es una tonalidad como la de otras películas que nos permitían con una nitidez enorme llegar a adivinar los colores, sino que se centra en la luz y la oscuridad, los reflejos y la sombras, privando a los personajes de vida y a los escenarios de vistosidad. Solo vemos lo que Matsumoto quiere que veamos.

El desarrollo es aplastantemente lento, con una primera escena en la que un monje golpea un gong que es capaz de controlar nuestras pulsaciones. A menudo se introducen fotogramas en negro con letras blancas que se utilizan para denotar el lugar de la escena o los saltos temporales; más tarde pasan a ser algo parecido a nombres de capítulos.

Sería injusto terminar sin dedicar unas palabras al cartel de actores que han hecho posible aprovechar al máximo la idea del director. No tengo la posibilidad de separar los más destacados del resto, ya que todos responden a un nivel bastante alto. Tenemos a Katsuo Nakamura en el papel de Gengobe, Yasuko Sanjo da vida a Koman, Juro Kara es Sangoro, y como opinión muy personal, el mejor de todos es Masao Imafuku en la piel del fiel vasallo Hachiemon. Este último es un personaje de gran trascendencia al que tengo en tal alta estima porque encaja al cien por cien con la actuación llevada a cabo.

No creo que deba alargarme más en la reseña. “Pandemonium” ha demostrado ser un film de exquisita factura de los que podríamos catalogar como obra maestra que sin duda no quedará en el olvido de nadie. Una representación soberbia de cinismo y degradación del hombre. El escenario donde los humanos se transforman en…demonios.

Who Slept With Her (2006)


No sé
Por Master of Hate

Típica comedia coreana en donde nos topamos con tres estudiantes bastante particulares que hacen lo imposible por conquistar a su maestra de francés. Sus intentos de acercarse a la despampanante maestra se ven frustrados por la constante y agresiva presencia del inspector del plantel que es amante del orden, las buenas costumbres y la moral. Finalmente, según señalan las pistas, uno de estos tres estudiantes ha conseguido acostarse con la maestra, pero es evidente que el inspector no va a permitir que este hecho quede impune.

Bien, otra vez nos podemos tomar el título de forma literal: La pregunta es “¿Quién durmió con ella?”, entonces es eso lo que se busca resolver la mayor parte del tiempo. “Sexy Teacher” (otro de los títulos que tiene) es la primera película de Kim Yu-sung que se aventura con una comedia muy típica del chungmuro.

La verdad es que no es posible hablar demasiado bien de este trabajo, aunque tampoco todo es malo. El factor comedia, que es lo importante en estos casos, esta presente y funciona relativamente bien. Obviamente, las bromas no siempre son efectivas y hay partes que se hacen aburridas y largas. Es fácil clasificar esta cinta dentro del representativo grupo de “comedías tontas” llenas de chistes picarescos y con abundantes gags. Pero está claro, no es un filme pretencioso, busca hacer reír y lo consigue en buena medida.

Las actuaciones son regulares, obviamente la atención se la lleva Kim Sa-rang (“Love of North and South”) por su papel de maestra sexy y seductora. Finalmente, no sé que tanto pueda recomendarla, pero creo que aquellos que siguen de cerca este género, pueden verla siempre y cuando no esperen nada que les quite el aliento. El resto de público que es más exigente, quizás debería ver otra cosa.

Tomie (1999)


Belleza que mata
Por Squareta

Tomie es la primera de la saga de siete películas basadas en el manga de Junji Itou, autor también de otras historias como Uzumaki, Oshikiri y Lovesick Dead, entre otros.

Esta primera entrega está dirigida por Ataru Oikawa y se centra en Tsukiko, una joven que acude hacia una doctora por problemas de insomnio y amnesia. Trata de buscarle la explicación a sus extraños sueños, en donde ve a una muchacha llamada Tomie cubierta de sangre. Además, un detective y un inquilino se relacionan extrañamente con la misma muchacha misteriosa.

Para continuar con la historia resulta vital explicar quien es Tomie. Ella es una muchacha muy atractiva que fácilmente puede dominar a los hombres, provocándoles locura y que tarde o temprano esta se manifieste tratando de matarla. Sin embargo, por mucho que acaben con la vida Tomie ella vuelve a renacer. Su rasgo principal son sus ojos y el lunar situado cerca de uno de ellos.

Un argumento muy extraño y que provocará más de alguna confusión si no se lee el manga antes, ya que la película cae en el grave error de no explicar bien las cosas. A pesar de estar calificada como terror, éste no se hace presente y lo más triste es que se podría haber explotado mucho, pero en todas las escenas ideales el terror es reemplazado por diálogos en donde nos narran la situación y que obviamente no logran el mismo efecto. Esto inevitablemente provoca un ritmo pausado que a muchos va a incomodar y por qué no decirlo, hasta aburrir.

En el papel de Tomie se encuentra la actriz Miho Kanno (quien también participó en “The Hypnotist”) y que nos brinda una actuación convincente aún cuando los efectos son bastante pobres, porque se ve claramente que el film no cuenta con gran presupuesto. Musicalmente es correcta y es quizás el elemento más aterrador (aparte de Tomie, claro) que está presente en el film. Los momentos sin música no son un fallo, por el contrario ayudan a la cinta a hacerla una historia más cercana.

Me pareció muy interesante el personaje de Tomie y como se puede reflejar en la sociedad actual ya que si lo piensan, es muy común que las personas sólo se fijen en el exterior (o en la belleza de Tomie) y pasen por alto la parte interior (y es que los sentimientos de Tomie dejan mucho que desear, pero aún así todos quedaban encantados por ella). A destacar también el toque de originalidad y el no caer en el juego de llenar la pantalla con acciones y sustos.

Una cinta que nos llegó durante la oleada de terror Oriental y que ahora se conoce como una rareza dentro del cine B de Japón.

Love @ first note (2006)


Operación karaoke
Por sinsangre

Se me hace complicado aplicarle, sin que me aparezcan rojeces en los mofletes, la denominación de película a este largo anuncio publicitario que llega de la mano de Dennis Law Sau-Yiu. En una película se suele contar, con mayor o menor acierto, una o varias historias en las que se muestra la manera de actuar de unos personajes puestos en circunstancias no habituales para ellos y ver de que manera son capaces de afrontarlas. Sin embargo, la obra que nos ocupa es, a todas luces, un vehículo de lucimiento para el cantante hongkones Justin Lo, que hace, como la mayor parte de sus compañeros de profesión en tierras orientales, una incursión en el mundo del celuloide con fines puramente onanísticos y abarcar así nuevas vías de promoción de sus trabajos discográficos paralelos.

No se podría decir que Justin naufraga durante la película. Simplemente no le han dado una pizca de riesgo a su personaje en un “guión”, previsible donde los haya, en el que todo está calculado milimétricamente para que los productores (Paco Wong) de la película vean como sigue saliendo rentable la incursión de estrellas del pop nacional entre las obras destinadas a un público menos exigente, sin ganas de reflexiones sesudas ni motivos más trascendentes que el no ahogarse con los restos de las palomitas. Así, nos encontramos con él y con Alex Fong, Los Cookies y demás rompe listas hongkonesas que, casualmente, pertenecen todos a la compañía Gold Label regentada por el señor Wong.

Kei es un adolescente poco ambicioso que ayuda a su madre costurera repartiendo los vestidos que ésta confecciona. En sus ratos libres, escribe canciones o corrige melodías para así obtener un poco de dinero. Su mejor amiga, Kristy, trabaja en una tienda de discos de segunda mano sin darse cuenta el amor que Kei siente por ella. Por la noche, ambos suelen frecuentar locales de moda donde escuchar grupos musicales que intentan buscar en esos lugares un poco de promoción.

Es sencillo adivinar hacia donde se encamina el resto de la película. Quizás esa sea la virtud que destaque entre el cúmulo de situaciones ya vistas en el aluvión de productos de las mismas características que surgen año sí y año también en el saturado mercado cinematográfico chino.

Porque, si paramos a analizar con un poco de detenimiento detalles sin importancia en la película, como la cara de la madre cuando encuentra el talento vocal escondido durante tantos años de su hijo, uno no puede menos que sonreír y terminar el visionado de la misma centrándose única y exclusivamente en los numerosos números musicales que son el centro de toda la película. Siempre, claro está, que uno disfrute con ellos, ya que son sólo meras actuaciones frente a un micrófono o sentados ante un órgano sin que se atisbe en el horizonte alguna coreografía ingeniosa que disfrace el producto para hacerlo más llevadero.

La sensaciones que surgen durante el visionado de Love @ first note no son tan diferentes a las que se experimentan cada final de año al sentarse ante el televisor y ver uno de esos programas-fiesta especiales con que nos inundan las diversas cadenas estatales. Cuatro o cinco personas siempre sonriendo (en la película no tanto ya que lo sustituyen por caras de tristes y desolados corderitos) que simulan diálogos espontáneos entre canción y canción mientras que tú deseas que acabe cuanto antes la farsa y empiecen a soltar notas por sus melódicas y talentosas voces.

Entre la diversidad de géneros que pueblan la cartelera de cine chino, es razonable la existencia de productos tan promocionales como éste. Al fin y al cabo, que país no posee entre sus filmotecas obras triviales realizadas para gloria del artista de moda de la época. Pero, de puertas para fuera, sin que uno conozca mínimamente las virtudes cantautoras de los que copan las listas de éxitos hongkonesas, es deseable mantener éste tipo de mercancías en un segundo plano y centrarse en productos más estimulantes.

En definitiva, recomendable única y exclusivamente para los seguidores de cualquiera de los cantantes o grupos que aparecen en los variados números musicales que inundan la película y que deseen mantener las neuronas inactivas tras una dura jornada laboral o, como sería más lógico, después de haber aprobado los complicados exámenes que tanto abundan durante el curso.

Bride & Prejudice (2004)


Jane Austen en versión india
Por Casandra

A partir de la novela Pride and Prejudice (1813) de Jane Austen, la directora Gurinder Chadha (“Bend It Like Beckham” 2002) crea una obra llena de vitalidad, buenos diálogos y festivos números musicales. Realizada en 2004, esta película contó con capitales de los tres países en los que transcurre la acción: India, Inglaterra y Estados Unidos.

La novela de Austen se centra en la vida doméstica de cinco hermanas y en los intentos de su madre por conseguirles matrimonios provechosos económicamente para la familia. Crítica de costumbres y retrato de una época, el desafío de llevar esta historia a la actualidad no es cosa sencilla, tal como demuestran (fallidas) trasposiciones como “Pride and Prejudice” (Andrew Black, 2003). Los guionistas trasladaron la acción a la India en la actualidad, manteniendo a los personajes principales. Las hermanas pasan a ser cuatro en vez de cinco, pero los conflictos siguen siendo los mismos.

Lo interesante del guión, es que al conflicto entre clases se suma el que existe entre identidades y naciones. Si bien esto es un vehículo para la habitual expresión de cierta ideología nacionalista, común en los films de la India, Chadha y Paul Mayeda Berges satirizan a quienes siendo indios se disfrazan de ingleses, y a quienes ven a la India y sus costumbres como algo pintoresco.

La puesta en escena es, por momentos, exuberante. Especialmente en las escenas situadas en la India, por el colorido del vestuario y de las ceremonias. Como contraposición, Estados Unidos e Inglaterra son lugares más fríos. En cuanto a los números musicales, podemos decir que son efectivos. El tradicional baile en el que se enfrentan hombres y mujeres realizado durante la boda de la amiga de Lalita, sitúa a los personajes principales y presenta el conflicto entre Lalita y Darcy.

El film cuenta además con buenas interpretaciones, tanto en la pareja protagónica como en el resto del elenco. Aishwarya Rai interpreta a una Lalita carismática, decidida e independiente, mientras que Martin Henderson presenta la dosis de altanería necesaria para interpretar al orgulloso Darcy. Los intervalos cómicos a cargo de Nadira Babbar (la madre) y de Nitin Ganatra (Mr. Kohli) son excelentes.

Podría pensarse que es simplemente otra trasposición más de una novela de Jane Austen al cine. Pero “Bride & Prejudice” es, sin lugar a dudas, una de las mejores. La clave está en no limitarse a ilustrar las palabras de la autora. Los guionistas Gurinder Chadha y Paul Mayeda Berges se apropiaron de la historia para crear un texto nuevo y original.

Zatoichi at the Blood Fest [25] (1973)


La guinda al pastel
Por Fingolfin

“Zatoichi 25” fue la 6º y última dirección de Kimiyoshi Yasuda en la saga Zatoichi y en su carrera cinematográfica. Supuso el final de toda una era en las pantallas de Japón, poniendo fin a una saga que había dado al mundo 25 películas en 11 prolíficos años a cargo de algunos de los mejores directores del género. Hubo que esperar otros 16 años hasta que el personaje apareciera de nuevo, pero ya no fue lo mismo.

El espadachín decide volver a su pueblo natal después de pensárselo bastante. A su llegada parece que le dan un enorme recibimiento pero todo termina siendo un malentendido, por lo que visto el panorama decide marcharse de nuevo. Justo antes de irse, el destino quiere que se encuentre con la que podríamos considerar su hermana, proporcionándole un nuevo motivo para quedarse.

A esta sinopsis habría que añadirle el personaje de Shinbei, un viejo amigo de Zatoichi convertido en super-comerciante, que se aprovecha de los campesinos y está determinado a condenarlos a la hambruna. Recibe el apoyo de un magistrado corrupto que exige al pueblo más arroz del que establece la ley.

Después de mucho tiempo volvemos a conocer detalles del pasado del personaje y quizás sea el film donde más se nos muestra de su infancia. Se aloja en la casa donde vivió cuando era pequeño, nos cuenta quién fue la que lo crió (por lo que suponemos que era huérfano) y además convive con su hermanastra. El espadachín se deja caer en la nostalgia en muchas ocasiones, incluso deseando poder ver aquel lugar con sus propios ojos. Se nos dice también que andaba mal de la vista cuando era joven y que era un tema que preocupaba a su tutora. Sabíamos que no siempre había sido ciego, pero después de esta declaración hemos de entender que se trata de alguna enfermedad degenerativa de la vista o alguna otra deficiencia que en la época no pudiera curarse.

Al igual que en “Zatoichi in Desperation” la acción tarda mucho en llegar, desenvainando el masajista por primera vez allá por el minuto 40. Nada más hacerlo alguien pronuncia su nombre y desde ese momento disfrutaremos del Zatoichi más duro y salvaje de toda la serie, con algunas frases memorables.

Las coreografías combinan travelling laterales, cámaras fijas, primeros planos y prácticamente todas las formas de rodaje de combate que existen (algunas con mayor éxito que otras). Los movimientos son tan rápidos como de costumbre, pero con mucha mas fuerza y menos continuados, lo que permite al director ir mostrando los cadáveres y mutilaciones conforme se producen haciendo un abundante uso de la sangre.

El “monstruo final” (como se diría en lenguaje de videojuego), cada vez tiene menos de monstruo y menos de final, ya que apenas aparece más tiempo que el resto de extras y su combate dura apenas unos segundos. Sin embargo me dio tiempo a apreciar que basó su técnica de lucha en un intento de confundir los sentidos del masajista, moviendo la espada de forma confusa. Lástima que no se aprovechara más la idea.

El punto fuerte del film es el argumento, que se sitúa entre los 5 mejores de la filmografía. Aprovecho para homenajear a Yasuda el trabajo que hizo con Katsu en sus 6 películas, alcanzando su punto cumbre con “The Adventures of Zatoichi”. Difícilmente olvidable el final de la serie y su director.

2424 (2002)


Dos horas de mi vida a la basura
Por Master of Hate

Un grupo de bandidos tiene en su poder unas valiosas joyas y planean salir del país con ellas. La policía tiene en la mira a la mente maestra de esta banda, pero debido a su audacia se ha hecho imposible reunir la evidencia necesaria para aprenderlo. Sólo queda una última oportunidad por lo que la policía pone en marcha un plan muy ingenioso a cargo del detective Tae-ho ( Jeong Woong-in) que junto a un grupo de oficiales se hace pasar por trabajador de la compañía de mudanzas ya que de esto modo tienen libre acceso a la guarida del los criminales. Coincidencialmente, otra compañía de mudanza envía a sus hombres para que transporten las cosas de la nueva familia que ocupara el apartamento vacante. Todos terminan envueltos en un gran problema intentando cumplir su deber.

En casos como “2424” hay que ser bastante breve, puesto que lo que hay que decir amerita presteza y se puede resumir en escasas líneas. “2424” es una comedia sumamente pobre en la mayoría de sus aspectos, salvando únicamente las actuaciones. A parte de un par de gags no hay nada que merezca la pena destacar y es que el guión además de ser extremadamente simple, carece de atractivo alguno. La historia es simplemente una serie de malentendidos entre la compañía de mudanzas falsa y la verdadera, lo que hacen es luchar constante por cumplir su trabajo ya que se estorban mutuamente y se crean obstáculos.

Ni siquiera soy capaz de comentar sobre como se desarrolla la película ya que he tenido un severo insomnio después de ver semejante “cosa” ya que me niego a llamarla película. Se trata sin lugar a duda de la peor cinta que he visto desde el remake de Oldboy, así que si hay algún ofendido por esta reseña, le aconsejaría que se digne a ver esta película y que luego me cuente que le pareció la experiencia, en fin…

“2424” queda muy por debajo de la lo que son las comedias coreanas habituales, ya que el requisito mínimo que es entretener, no se llega a cumplir. Por el contrario, es capaz de aburrir y de causar profundo malestar entre los que tienen un concepto decente de las comedias coreanas. De esta manera, la irrelevancia de la trama, la falta de efectividad del supuestamente presente elemento cómico, y una notoria inexperiencia del director Lee Yeon-woo hacen que estemos antes una de las películas que tocan fondo y abrazan la mediocridad. Espero que esto sea suficiente para desanimar a cualquier valiente que piense “no es posible que sea tan mala”. Lo siento mucho, sí que lo es.

The Untold Story (1993)


Ten cuidado con lo que comes
Por Squareta

Durante los 90 apareció una oleada de películas orientales que se caracterizaban por sus altas dosis de sangre con algunos toques de humor. Uno de los exponentes de este tipo de películas es Herman Yau, quien junto a Danny Lee dirigieron este film hongkonés que ha logrado perdurar durante todos estos años y que incluso se ha dado el lujo de tener dos secuelas.

La película, supuestamente basada en hechos reales, nos narra la vida de un hombre residente en Macau y que trabaja de cocinero en un restaurante. Un día y producto de una discusión con su jefe aflora su verdadera identidad, la de un psicópata descontrolado, y mata al jefe junto con toda su familia, los descuartiza y utiliza sus cuerpos para preparar comida en el restaurante, del que se apodera. Al mismo tiempo pero en otra parte de la ciudad está un grupo de policías tratando de resolver el caso de unas piernas y brazos en descomposición que encontraron en la playa.

No hacen faltas más detalles para que se vea lo brutal que es Untold story, a tal punto de situarse más cerca del splatter que del gore. Algunas escenas han dejado pasmados a muchos, ya que se incluyen matanzas niños, violaciones y asesinatos varios. Sin embargo, como ya se había mencionado, posee momentos de humor, brindado en gran parte por los policías, disminuyendo así su dramatismo y crudeza.

En el papel principal tenemos a Anthony Wong Chau-Sang, quien brinda una genial actuación que le valió un premio en el “Hong Kong Film Award” al año siguiente. Los otros personajes son el oficial Lee, interpretado por el director Danny Lee como el oficial Lee y es misteriosamente es el personaje más listo de la película y por supuesto el equipo de policías, todos muy creativos y graciosos, pero lamentablemente muy ineficientes.

Los interesantes personajes y lo traumante de su trama, tomando en cuenta que se trata de un caso real, logró posicionar a Untold Story dentro de esas películas de culto dentro del género, pero que sólo se recomiendan a personas con “criterio formado”.

Still life (2006)


Bajo el aroma de la nostalgia
Por sinsangre

Cerramos los ojos por un momento. Alejamos los pies del suelo y vemos como, en un instante, empezamos a volar a través de nuestra imaginación. Vayamos a buscar un punto en concreto, no entre las coordenadas espaciales, sino a través del tiempo. Retrocedamos. Y ahora, alcemos la vista y para mirar a nuestro alrededor. Seguro que vienen a la mente nuestras calles de infancia, el lugar donde jugábamos, donde evitábamos los libros, donde nos sentíamos cómodos y seguros. Quizás las condiciones del sitio no sean las ideales. En la mayoría de los casos se encuadrarían dentro de lo mejorable. Pero aun así, en esas condiciones tan particulares alejadas de lo que nos ofrecían las series norteamericanas, las considerábamos como nuestras y nos sentíamos parte de ellas, profesándolas un orgullo muy personal.

Un último esfuerzo. Imaginemos ahora que todo se destruye. Que cada uno de los puntos esenciales donde pasamos nuestra vida va a terminar por caer en el olvido. Un olvido real, palpable. El lugar donde besastes por primera vez a aquella. La esquina en la que te sentabas a reírte con tus compañeros...todo desaparece sin que puedas hacer nada por evitarlo. Abramos los ojos.

Un ejercicio fantástico de nostalgia es la nos presenta el prometedor Jia Zhangke (36 años), uno de los mayores exponentes de la denominada sexta generación. Su nueva obra mereció el codiciado León de Oro en el pasado festival de Venecia, pese a la incredulidad de la mayoría de la sesuda crítica que rechazó la invitación a ver una película presentada a última hora y sin el gancho de otros títulos de mayor renombre.

El director presenta, casi a modo documental, las costumbres de vida de los habitantes del poblado Fengjie, bañado por las aguas del río Yangtzee, cuyo destino se encuentra íntimamente ligado a la construcción de la colosal presa de las tres gargantas. La sepultura bajo el agua de las millares de viviendas construidas en la ribera del río terminarán por inundar su pasado y las costumbres comunistas de la región. Dos mil años de antigüedad destruidos en apenas dos años en pro de un beneficio “común”.

Han Sanming es un minero que, tras 16 años de ausencia decide volver a su poblado natal en búsqueda de su esposa. Al mismo tiempo, Shen Hong intenta encontrar una explicación racional al por qué de la desaparición de su marido dos años atrás. Lo que antiguamente fue su hogar, se ha convertido en un pueblo fantasma en el que el modo de vida austero parece no verse influenciado por el devenir de los tiempos.

Narrando dos historias por separado, Zhangke se aventura entre los restos de un poblado asolado, con imágenes bellamente plasmadas (con una fotografía espectacular) en la que la presencia fantasmal de la gran presa se erige como una amenaza constante, ya no solo en las estructuras de la comunidad, sino en la cordura interior de los miembros que la habitan. El choque de culturas es ya una realidad y la tradición tiene que enfrentarse con los designios de un incierto futuro en el que los perjudicados terminaran por ser siempre los mismos (en una de las contadas secuencias oníricas nos encontramos a un grupo de actores tradicionales chinos, ataviados con sus ropajes y máscaras habituales, sentados frente a la mesa donde solían jugar a las cartas pero con una ligerísima y punzante diferencia).

La incredulidad del personaje de Sanming, incapaz de asimilar con rapidez los cambios a su alrededor, contrasta con la juventud esponjosa de los que han visto en televisión a personajes como Chow Yun Fat, el arquetipo de héroe del nuevo e inminente mundo, paradigma de la adaptación a los nuevos tiempos que corren. “La sociedad de ahora no nos conviene. Es demasiado nostálgica”, afirma el estupendo actor hongkones en una significativa intervención televisada. En esta pequeña obra la juventud coreografía las actitudes de lo que asoma en los medios de comunicación y se olvida del resto, lo que inevitablemente convierte una pequeña historia de un poblado alejado de oriente en un ejemplo universal de los tiempos en los que nos ha tocado vivir. Curioso ver el premonitorio desenlace de uno de los curiosos personajes de la película.

Afirma el director de esta obra que las necesidades básicas para mantener una vida feliz, según los campesinos de la región, han sido siempre la posibilidad de acceder a Té, Vino, Cigarrillos y Caramelos y estructura la película en cuatro episodios en los que los integrantes de la obra se rebelan contra lo que sucede alrededor manteniendo la fe en estos placenteros elementos. Y nos ilustra con pausados momentos de relajada compañía en la que varios miembros de una familia conversan de manera trivial mientras saborean el aroma de un cigarrillo o la dulzura de una barra de toffee.

En definitiva. película serena y nostálgica, ganadora del pasado festival de Venecia, en la que el director nos embriaga de forma magistral en un mundo pausado de costumbres que luchan por mantenerse vivas (still life), frente a la alocada globalización que va arrasando todo lo que encuentra a su paso.

Paheli (2005)


Leyenda de un amor inmortal
Por Casandra

La historia que narra “Paheli” es sencilla. Lachchi (Rani Mukherjee) es una joven recién casada. Al día siguiente de la boda es abandonada por su marido Kishanlal (Shahrukh Khan), cuando éste parte rumbo a la ciudad para cumplir con el mandato paterno de incrementar sus riquezas. Cautivado por la belleza de Lachchi, un espíritu disfrazado como su marido ocupará el lugar de Kishanlal en la familia.

El film de Amol Palekar es una comedia romántica, sin golpes bajos ni dramatismo exacerbado. No es de extrañar que haya sido la elegida para representar al país en los premios Oscar de 2005, cuando todo apuntaba a “Black” (2005, Sanjay Leela Bhansali) como la gran película del año. “Paheli” es una adaptación sobre la historia de Vijayadan Detha, y se sitúa en un tiempo y espacio imprecisos, que permiten la aparición de elementos fantásticos.

La gran cantidad de canciones y números musicales están utilizados con maestría por Amol Palekar. Los personajes no solo cantan y bailan, sino que esos momentos son aprovechados desde la dirección para crear alteraciones temporales que permiten resumir periodos largos en pocos minutos.

Interpretada por dos de las mayores estrellas actuales de Bollywood, Shahrukh Khan y Rani Mukherjee, la película permite el lucimiento de ambos y además cuenta con participaciones especiales de Juhi Chawla, Sunil Shetty y Amitabh Bachchan. Rani Mukherjee dota de inocencia y dulzura a su personaje. Shahrukh Khan privilegia el tono de comedia, y construye un fantasma encantador.

Una incorporación interesante son las marionetas que aparecen dentro del universo de la historia cuando el espíritu decide seguir a Lachchi. Luego, se sitúan fuera de la historia, anticipando y comentando la acción. El personaje de Kishanlal también es una marioneta del espíritu, dado que este posee el cuerpo del marido de Lachchi e impone su voluntad. Las marionetas funcionan como motivo que atraviesa la historia y que es retomado en los créditos finales. Esta última escena permite releer el film, y sugiere otros sentidos que superan la historia de amor.

En síntesis, “Paheli” es una película que cumple con los elementos del clásico masala de Bollywood y cuenta con muy buenas actuaciones, una historia sencilla, un gran despliegue de puesta en escena y de vestuario, la excelente fotografía de Ravi K. Chandran y la música alegre y pegadiza de M. M. Kreem.

Lady Snowblood (1973)


Lady venganza
Por Fingolfin

“Shurayukihime” aka “Lady Snowblood” fue dirigida por Toshiya Fujita en 1973 y está considerada como una de las obras maestras del cine clásico de acción. Para llamar la atención de los lectores comenzaré diciendo que para bien o para mal actualmente gran parte de la fama de este film se debe a que Quentin Tarantino se “inspiró” en ella para hacer “Kill Bill”.

Después de que 4 asesinos mataran brutalmente a su hijo y su marido, Sayo Kashima sufre sus torturas y violaciones durante tres días. Tras aquel incidente la mujer solo piensa en venganza y consigue matar a uno de ellos resultando arrestada y encarcelada. No dándose por vencida, busca desesperadamente la forma de quedar embarazada y encomendar a su hija la tarea de continuar lo que ella empezó.

Al principio la única relación aparente que tiene con “Kill Bill” es el hecho de que se trate de una venganza similar y de que la lleve a cabo una mujer. Sin embargo hay un fotograma que inevitablemente te choca con el recuerdo de Quentin Tarantino. La imagen de los 4 asesinos en círculo vistos desde la posición que ocupa la víctima en el suelo es exactamente igual que la de Uma Thurman en el volumen 1. Más adelante encontraremos otro gran parecido, ya que a la muchacha la entrena un maestro en artes marciales casi tan severo como el de “Kill Bill”.

Pasando ahora a aspectos más técnicos, la combinación de música y escenas es muy similar en ambas películas, entremezclando música relativamente moderna con otra más tradicional japonesa. Si además recordamos esa magnifica canción titulada “The Flower of Carnage” que suena tras el duelo final de “Kill Bill 1” nos daremos cuenta de que es la misma que la que actúa como tema principal en “Lady Snowblood” (un guiño de Quentin).

El argumento está muy bien llevado, curiosamente organizado en capítulos (otra semejanza más), y estableciendo un orden según el que debe ir eliminando a sus enemigos. Como en todas las películas que se basan tan fuertemente en la venganza como sustento de los personajes y el argumento, el director introduce a menudo flash-backs para recordarnos su odio por los asesinos. Además la historia se mueve desordenadamente en el tiempo en alguna ocasión, aunque de forma mucho menos marcada de cómo se hace en “Kill Bill”.

Si Quentin Tarantino centraba el film en un grupo de personajes muy concreto y reducido (la protagonista y sus objetivos), en “Lady Snowblood” ampliamos el juego con el importante papel de su madre, de su maestro, de la hija de su primer rival, y por supuesto del periodista.

El uso de la sangre es exagerado, mezclándose en varias ocasiones con el agua para crear una impresión más llamativa aún. Los efectos relacionados con las heridas y cortes están bastante bien logrados (incluido cuando llegan a cortar a alguien por la mitad), muy al estilo de “Azumi”, “Zatoichi”, o la propia “Kill Bill”. El único fallo que le encuentro en ese aspecto es la excesiva “liquidez” de la sangre.

La acción es buena y abundante. A pesar de que mata directamente y sin luchar a casi todos sus objetivos, tenemos otras oportunidades de verla en acción mientras trata de llegar hasta ellos. Las coreografías son muy rápidas y habitualmente en zonas oscuras. El arma utilizada es una espada que oculta en su sombrilla, un poco más corta aún que la de Zatoichi, lo que le permite usar perfectamente el “reverse sword drawing” característico del celebre espadachín (para quien no lo recuerde consiste en coger el mango con la mano al revés; como un cuchillo).

Otra relación con “Kill Bill” está en los contrastes de vestuario. Obviamente el director americano tiene un concepto y una técnica muy peculiar que siempre le diferencia, pero el objeto perseguido es parecido al de “Lady Snowblood”. Uma Thurman viste de amarillo con el traje de Bruce Lee en “Juego con la Muerte”, mientras que sus rivales llevan esmoquin negro. En este film la protagonista viste entera de blanco, lo que combinado sobretodo con la oscuridad que antes mencionaba de los escenarios, la hacen destacar en cada fotograma.

Finalmente conviene decir que no comiencen a verla con la falsa idea de que “Lady Snowblood 2” se corresponderá con el volumen 2 de “Kill Bill”, ya que en esta película la historia tiene un claro principio y final. Cómo última curiosidad, y evocando otro guiño de Tarantino, hay una frase que dice Uma Thurman a la hija de Vernita que suena algo así como: “y si algún día cuando crezcas quieres vengarte, ven a buscarme”.

Una excelente película, todo un clásico del cine japonés y una maravilla dentro del mundo de los espadachines. Ya era considerada una obra maestra antes de la aparición de “Kill Bill”, y ahora gracias a ella quizás pueda ser una buena carta de presentación para los espectadores más internacionales y desconocedores de oriente.

Across The Years (2007)


Triste pasar del tiempo
Por Master of Hate

No todos los días un director de cine llega al centenar de películas dirigidas; sin embargo así lo ha hecho Im kwon-taek, que hoy por hoy es, merecidamente, uno de los padres del cine coreano. De su basta filmografía es indispensable rescatar dos obras de enorme importancia como son “Chunhyang” y “Sopyonje”. En el caso de esta última, la conexión con “Across the Years” es directa ya que viene a ser una secuela de la popular cinta de 1993. Entonces, la trágica historia de los dos jóvenes huérfanos criados por un cantante de pansori continúa, esta vez enfocándose más en su silencioso amor y en el difícil camino que tiene que recorrer para volver a encontrarse nuevamente.

Es indudable que esta obra, al igual que ocurrió con “Sopyonje” requiere de un mínimo de conocimiento sobre el arte del pansori; no es que sea imposible seguir la trama o la historia se torne confusa, pero con tal sólo poseer un poco de información con respecto al tema, las probabilidades de apreciar y sentir mayor interés por el filme se incrementarán. No está por demás mencionar que algo que sí es necesario para comprender completamente “Across the Years” es visionar previamente “Sopyonje”

Im kwon-taek hace uso de todos sus conocimientos en el campo para crear una cinta excelente desde el punto de vista cinematográfico. La historia refleja en gran parte el espíritu y sentimiento de su predecesora, aunque es obvio que no ofrece nada realmente nuevo, más bien profundiza en uno de ellos: el amor. Por este lado, es quizás más sencillo tomar a esta “Across The Years” como un tributo a esa película del 93 que dio a conocer al mundo una de las artes más representativas de Corea.

Las actuaciones, tanto de Oh Jung-hae como de Jo Jae-hyeon (“The Romance” “Mokpo the Harbor”) son excelente, sobretodo en el caso de Oh Jung-hae que repite su papel de Songhwa. En general, el ritmo de la cinta es muy consistente, enfocándose en la melancolía de los actores, el pasar del tiempo, los bellos paisajes y el amor; todo se moldea a son de profundas melodías y emotivos cantos. El director sigue el mismo estilo narrativo de “Sopyonje” es decir, la historia se estructura en base a números flashbacks que desvelan los acontecimientos posteriores a la separación de los protagonistas.

Ahora, es cierto que la película consigue recrear muchos de los buenos momentos de “Sopyonje”, y se puede hablar de una secuela muy decente con una deliciosa fotografía y memorable música. Pero también hay que reconocer que se trata de un trabajo que basa su concepto en una obra consagrada y que no ofrece nada distinto. En otras palabras, es un filme para aquellos que sienten afecto por la idea original y por los mismos personajes. Así mismo, la historia de amor que se representa no es precisamente la más dramática, ni la más juvenil, por lo que no es recomendable para quienes buscan algo más acorde a los tiempos modernos o acorde a los dramas coreanos de los últimos años.

Finalmente, y pese a las limitaciones que pueda tener la cinta, creo fielmente que la película es una secuela digna que se convierte en un pretexto para ver “Sopyonje” una vez más, y en el caso de aquellos que aún no la han visto, verla por primera vez.

Noriko's Dinner Table (2005)


¿Estás conectado contigo?
Por Squareta

Precuela de la película, que a estas alturas ya es de culto, “Suicide Club”. También dirigida por Sion Sono y en dónde nos muestra más detalles sobre el círculo, pero con un tratamiento totalmente distinto. Acá está presente el miedo, pero presentado dentro de los personajes.

La historia comienza con Noriko, una chica común y corriente que sufre por los típicos sentimientos adolescentes. Luego de lograr que ampliaran el tiempo para los computadores en su escuela tiene un nuevo hobbie: haikyo.com. Este sitio es un foro donde chicos de 16 y 17 años pueden conversar acerca de la vida y la escuela. Esa página se convierte en su refugio, ya que no se siente cómoda en su hogar. Hasta que un día simplemente se va de casa rumbo a Tokio, lugar donde vive una amiga cibernética que conoció en dicho sitio.

Sin embargo la película no se queda sólo en Noriko y a través de 5 capítulos contados en primera persona, se nos va adentrando a los más profundos sentimientos de todos los protagonistas. Al mismo tiempo, se van conociendo más detalles del club, el que en realidad es mucho más complejo de lo que se pudo ver en “Suicide Club”.

Su desarrollo es algo caótico y constantemente mezcla pasado y presente, pero aún así es mucho más clara que su predecesora. Las actuaciones son estupendas y con la música forman un conjunto perfecto que hace creíble hasta lo más increíble que nos muestran. Todos los capítulos nos muestran la vida cotidiana de lo personajes y sin embargo no puede evitar dejar perplejo a los espectadores en más de alguna situación.

A diferencia de Suicide Club la historia está más desarrollada y es que tiempo no le falta. Para asegurarse de no dejar nada en el aire la trama se desarrolla en 159 minutos, tiempo que a más de alguno impacientará. Otra clara diferencia con Suicide Club es que aquí no se ven muchas escenas sangrientas. Algo que se agradece ya que centra la atención más en la historia interna que en los hechos.

Con una trama superior que su secuela es una interesante cinta para todos los fanáticos de Suicide Club que siempre quisieron ahondar más en la historia, por sobre la sangre. Me pareció un film más maduro, sin las mismas pretensiones de sorprender y altamente recomendable.