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The Thirteen Assassins (1963)


Historia de un viaje
Por Fingolfin

La historia de “Juusan-nin no shikaku” (título original) se ambienta en 1844, primer año de la era koka. El personaje central es el hermano del Shogun: Narutsugu Matsudaira, quien con su actitud vandálica y arrogante no hace más que ganarse el odio de la mayoría de los clanes. Sin embargo su posición social hace que sus acciones queden encubiertas e incluso que el Shogun decida definitivamente nombrarle Consejero Mayor, con una importante participación en la política de la nación.

Entre las subtramas de la película se plantea el dilema de la lealtad: ¿a tu señor o a tu país? Planear el asesinato de un familiar directo del Shogun es alta traición, pero no hacerlo es dejar caer en desgracia una nación entera. Esa es la división principal que se crea entre las bandas que protagonizan la acción. Por un lado están los seguidores de Narutsugu, del clan Akashi, que deciden poner su apoyo y fidelidad del lado del que consideran su señor. Por el otro están los 12 asesinos (el otro no se incluye), que deciden hacer lo mejor para el futuro.

“The Thirteen Assassins” contiene escenas muy lentas y un desarrollo muy pausado hasta prácticamente el desenlace. No quiero decir con esto que plantee problemas de aburrimiento ni que dé la impresión de atrancarse, sino que simplemente se recrea en profundizar la personalidad de los personajes y en situarnos lo mejor posible en el contexto histórico. Este último factor es el determinante de la gran cantidad de narraciones con las que cuenta la película, alcanzando su punto máximo durante el viaje de Narutsugu, que dura alrededor de un mes y tenemos una descripción casi diaria.

Me ha recordado mucho a 2 míticas obras del cine samurai. La primera es “47 Ronin” (cualquiera de ellas), no en el aspecto de venganza sino en el de un ataque perfectamente planeado con frialdad. Los 13 samuráis están decididos a sacrificar sus vidas por la causa, poniéndolas a disposición del inspector Shinzaemon (de la misma forma que se hacía con Oishi en la otra). Hay una frase en el guión que dice “el guerrero es predecible. Cuando lucha a muerte; vive. Cuando lucha para vivir; muere”. La entrega ciega por su misión se deja ver en la batalla final, siendo el principal punto de ventaja de estos guerreros.

La otra película a la que me recordó es a la legendaria “Seven Samurai”. El asalto definitivo tiene lugar en un pueblo. Shinzaemon se transforma en el mítico Kambei para diseñar estrategias capaces de manipular a sus enemigos de una forma sorprendentemente cuidadosa. Cuando al fin los tiene donde quiere, transforma el lugar en una trampa mortal, con un decorado fantásticamente cuidado y muchas formas originales de atrapar y conseguir la ventaja contra los luchadores de Narutsugu. Lo que no tenían los bandidos de “Seven Samurai” era un lider como Hanbei, que compensa en gran medida la inteligencia de nuestro protagonista.

La acción está bastante cuidada, aunque prácticamente inexistente hasta los últimos 30-40 minutos, donde es continua. Se consigue un buen realismo en el hecho de que 13 personas controlen a 52, aunque puede llegar a decepcionar que en un principio se haga bastante uso de flechas y lanzas para evitar el cuerpo a cuerpo. El único problema que le encontré a las coreografías es la excesiva repetición del mismo movimiento: el adversario corre con la espada levantada en posición vertical y cuando llega a la altura de uno de nuestros 13 samuráis recibe un corte horizontal en la cintura (en ocasiones incluso demasiado lento).

La película ronda los 120 minutos y lo cierto es que me ha gustado bastante. Es de un visionado muy recomendable en el que podremos disfrutar de narración, estrategia, acción y una historia con mucha fuerza.

2 comentarios:

BUDOKAN dijo...

Título más que llamativo el de este film. Saludos!

troncha dijo...

Yo la verdad es que la desconocía, pero parece un jidaigeki interesante.

Saludos...