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Zatoichi (2003)


Remake de una saga
Por Fingolfin

Ya comenté esta película hace más de un año y al trasladarnos al formato foro decidí dejarla aparte para repetirla. Durante este tiempo he podido ver, comentar, analizar y disfrutar de las 26 películas de Zatoichi interpretadas por Shintaro Katsu, y el resultado de volver a ver la versión de Kitano ha sido realmente sorprendente.

Mantiene gran parte del esquema habitual que ha tenido esta serie pero cambiando sustancialmente algunos detalles con vistas más comerciales. El argumento nace después de media hora de film guiados por la casualidad y las presentaciones de los distintos personajes. En esta ocasión tenemos los dos grandes luchadores que sabemos que protagonizaran el habitual duelo final y aparte otro buen espadachín que se queda a mitad del camino. El adversario duro es Genosuke (Tadanobu Asano), habitual personaje frío que actúa sin maldad y movido por la necesidad.

Zatoichi (Takeshi Kitano) aparece con unas características dignas de analizar, donde incluso al final se pone en duda su ceguera. Se nos presenta únicamente como masajista ciego aficionado al juego, olvidando su verdadero oficio de yakuza-jugador. En el terreno interpretativo me duele mucho tener que hablar mal de un hombre como Kitano, que de las pocas películas suyas que he visto solo puedo decir maravillas. Su actuación no representa a un hombre ciego sino a Shintaro Katsu representando a un hombre ciego. Estoy hablando de una doble actuación donde en lugar de imitar a su personaje, Kitano imita al actor de la antigua saga. Evidencias de mi afirmación son: la forma de andar con las piernas arqueadas y en pasos cortos y circulares, la presencia siempre cabizbaja, y sobretodo esa breve carcajada que acompaña cada una de sus frases. Otro detalle que no conviene olvidar es que a este Zatoichi le cuesta mucho menos matar que al otro, que evitaba el combate siempre que podía y aún cuando no había mas remedio terminaba lamentando las muertes.

Las escenas más destacadas son las mismas que las de la antigua saga: la casa de juegos donde adivina lo que va a salir por el sonido de los dados, las situaciones en las que subestiman sus habilidades, el momento de gloria de su rival cuando demuestra al espectador lo bueno que va a ser, y por supuesto la acción.

Takeshi Kitano obviamente no es un esgrimista como lo era Shintaro Katsu, curtido en decenas y decenas de películas de katanas y samuráis. Este factor es el que condiciona las coreografías en mayor medida, ya que en lugar de agilidad y espectacular manejo del “reverse sword drawing” tenemos un Zatoichi que con una velocidad muy superior a todos los precedentes hace montones de tajos a sus rivales sin que les de tiempo a pestañear, guiado todo el proceso por múltiples efectos especiales. Ciertamente el resultado es difícil de superar visualmente pero tampoco en manipulación. La sangre es bastante surrealista y parecida a la de los videojuegos, pero su uso es increíblemente magnifico.

Los combates están rodados con mucho cambio de cámara (repito que Kitano no es esgrimista), muy lejos de aquellas tomas fijas de Kenji Misumi y los movimientos circulares de Shintaro Katsu. En lo referente a Tadanobu Asano, su estilo de lucha y las cámaras que se le han dedicado hacen sus coreografías mejores incluso que las de Zatoichi, algo impensable en la mítica saga. La escena que todos recordarán es el plano vertical cuando le desafían a un duelo y lucha solo contra un grupo de yakuzas hasta llegar a su jefe.

El factor Kitano en la dirección no pasa desapercibido ya que hay escenas que te recuerdan su nombre constantemente. Tenemos un grupo de cosechadores que cultivan con sus azadas fabricando melodías al estilo “música urbana”. Más tarde los mismos personajes vuelven a aparecer haciendo lo mismo pero taconeando bajo la lluvia, y finalmente se repite la escena con los martillos y sierras que se usan para construir una casa. Terminando con el elemento musical no conviene olvidar ese extraño final con todos los actores bailando a modo de créditos del film.

El humor “made in Kitano” también tiene presencia con el detalle de pintarle ojos en los parpados o con el retrasado que da vueltas a la casa vestido de samurai. Sin embargo no me ha gustado nada el personaje de Shinkichi, creado exclusivamente para provocar risa en el espectador, algo propio de todas las películas comerciales americanas y no del cine oriental que nos gusta.

Conclusión…siempre es bueno tener un film de estos con carácter internacional que puedan hacer que gente como yo se decida a ver todas o algunas de las anteriores. Por lo demás es meramente una película con buenas escenas de acción y entretenimiento, muy lejos de casi todas las joyas de la vieja saga.

PD: Comentario mejorado del ya escrito el 2005 por fingolfin

3 comentarios:

BUDOKAN dijo...

Este film pegó mucho en la Argentina, dónde Kitano es uan especie de héroe cinematográfico. Saludos!

John Trent dijo...

A mí me pareció eso mismo que comentas en el último párrafo: una película con buenas escenas de acción. Y YA. Todo lo demás, exceptuando una bastante correcta interpretación de Kitano, me pareció aburrido y prescindible. Una decepción.
Lo de la sangre exageradamente digital, aunque es un recurso que no me suele convencer, mira por donde aquí si me gustó.

Anónimo dijo...

Una película sorprendente como ya es algo habitual en el cine de Takeshi Kitano. Para mi, muy divertida y ágil en su planteamiento, pués nos cuenta la vida de un vagabundo ciego, que vive del juego y de dar masajes. Una película de Samurais que tenemos que remontarnos a los principios de Kurosawa por la originalidad de sus aventuras. Con un manejo de cámara sumamente perfecto, hace como digo una película rozando la perfección, y por supuesto muy comercial, ya que nada tiene que envidiar a cualquier película norteamericana de este género, quizás lo único negativo, bajo mi punto de vista, si se lo puede llamar así, es la montonera de sangre que sale en el filme, pero claro también era de esperar en este tipo de cine. Buenas interpretaciones destacando al propio Kitano, aquí con el seudónimo de Beat Takeshi, dando vida a ese hombre ciego, cuya espada es más rápida que la vista. en fín, una película sencilla, pero grande a la hora de valorarla. Una película digna de ver, y por supuesto que a nadie digo yo le va a decepcionar. Saludos. Excelente trabajo, y extraordinario blog. Si señor. http//:www.pablocine.blogia.com