No hay color
Por Fingolfin
Como apreciareis en primer lugar, he prescindido de la numeración en el título de la película cuando en realidad le correspondía la posición 26 en la saga. Es un poco la que se sitúa “en medio” de todo. No puede ser considerada como las anteriores ya que se rodaron 25 entre 1962-1973 y esta es de 16 años después, ni considerada independiente ya que después de todo el protagonista sigue siendo el amado Shintaro Katsu (también su director). Mencionar solo que además es conocida como “Zatoichi: Darkness is his Ally”.
Después de remontarme a la otra dirección del actor en la saga “Zatoichi in Desperation” le tenía pánico a este film. Sabía que su duración estaría entorno a las 2 horas, al igual que la de Kihachi Okamoto en 1970, y que podrían convertirse en eternas si no se producía un cambio radical. Pues la sorpresa ha sido para bien, porque la película es de las mejores de toda la saga, con una enorme calidad estética, argumental y musical.
Está protagonizada por un Katsu mucho más mayor, un poco más gordo, con algo de barba y un pelo que comienza a tornarse blanco. Su interpretación es muy destacada, aprovechando la oportunidad que le brinda el regreso al dramatismo que tenían las primeras entregas. Se recupera uno de los mayores éxitos de la serie, que son las amistades entre Zatoichi y el que se convertirá en su último rival, con un cariz sentimental que supera su relación con el mítico Hirate de “A Tale of Zatoichi”.
Al salirse del esquema y duración habituales, Katsu ha podido deleitarse en muchas escenas lentas en las que simplemente camina por maizales persiguiendo hojas o con la cabeza gacha y rostro reflexivo, con una canción en inglés que suena de fondo y destaca bastante. En lo referido a esta canción he encontrado por internet que se le hacen críticas expresas como uno de los grandes fallos del film. No sé si quizás lo hagan por el hecho de que esté en inglés, pero creo que prefiero entender la letra y dar mas fuerza a la escena que escuchar algo en japonés que no viene ni subtitulado. Además de eso sobra decir que la canción me encantó y la escuché varias veces más.
La segunda relación sexual de Zatoichi tiene lugar en esta película de forma mucho más explicita, detallada y directa, con buen acompañamiento musical. Curiosamente las dos entregas en las que ha tenido lugar una de estas escenas estaban dirigidas por el actor, lo que espero no quiera decir nada…
Las coreografías son muy distintas a lo que habíamos visto a lo largo de la serie. La primera de ellas es una cámara fija lejana con un fondo oscuro y una velocidad enorme, prácticamente jugando solo con el sonido de las espadas. Las siguientes van combinando planos fijos para el comienzo que luego se ven sustituidos por rápidos cambios de cámara que dificultan la visualización. En cualquier caso resultan mucho más modernas que las anteriores y mucho más sangrientas, tomando como ejemplo el que Zatoichi empiece la última batalla sujetando con su mano izquierda la cabeza cortada de un hombre.
Al igual que intentó fracasadamente con “Zatoichi in Desperation”, Katsu sigue tratando de explicarnos el mundo de Zatoichi. Utiliza un espejo que lleva siempre consigo y que después de todo no le sirve para nada y trata de hacernos comprender lo que representan para él los colores y lo difícil que es entenderlos. Pese a que la película tiene partes bastante oscuras en esta ocasión ha decidido prescindir del abuso o las cámaras desenfocadas, lo que es de agradecer por mi parte.
Conocemos detalles del pasado del masajista que chocan con lo que teníamos entendido. Se supone según “Zatoichi at the Blood Fest” que andaba mal de la vista en su juventud y que la fue perdiendo progresivamente hasta quedarse ciego. En este film se nos dice que fue a los 2 años, lo que obviamente no tiene cabida en el término “juventud” que utilizaba Kimiyoshi Yasuda en su film.
La conclusión es que se trata de una de las mejores del espadachín, la favorita de mucha gente, el punto intermedio entre la saga de las 25 y la Zatoichi de Kitano, y otro acercamiento a lo que ha sido representar a un ciego durante tantos años por parte de Katsu. A la gente que no tenga pensado ver la saga, esta es la película ideal para disfrutar del personaje durante un par de horas.
Después de remontarme a la otra dirección del actor en la saga “Zatoichi in Desperation” le tenía pánico a este film. Sabía que su duración estaría entorno a las 2 horas, al igual que la de Kihachi Okamoto en 1970, y que podrían convertirse en eternas si no se producía un cambio radical. Pues la sorpresa ha sido para bien, porque la película es de las mejores de toda la saga, con una enorme calidad estética, argumental y musical.
Está protagonizada por un Katsu mucho más mayor, un poco más gordo, con algo de barba y un pelo que comienza a tornarse blanco. Su interpretación es muy destacada, aprovechando la oportunidad que le brinda el regreso al dramatismo que tenían las primeras entregas. Se recupera uno de los mayores éxitos de la serie, que son las amistades entre Zatoichi y el que se convertirá en su último rival, con un cariz sentimental que supera su relación con el mítico Hirate de “A Tale of Zatoichi”.
Al salirse del esquema y duración habituales, Katsu ha podido deleitarse en muchas escenas lentas en las que simplemente camina por maizales persiguiendo hojas o con la cabeza gacha y rostro reflexivo, con una canción en inglés que suena de fondo y destaca bastante. En lo referido a esta canción he encontrado por internet que se le hacen críticas expresas como uno de los grandes fallos del film. No sé si quizás lo hagan por el hecho de que esté en inglés, pero creo que prefiero entender la letra y dar mas fuerza a la escena que escuchar algo en japonés que no viene ni subtitulado. Además de eso sobra decir que la canción me encantó y la escuché varias veces más.
La segunda relación sexual de Zatoichi tiene lugar en esta película de forma mucho más explicita, detallada y directa, con buen acompañamiento musical. Curiosamente las dos entregas en las que ha tenido lugar una de estas escenas estaban dirigidas por el actor, lo que espero no quiera decir nada…
Las coreografías son muy distintas a lo que habíamos visto a lo largo de la serie. La primera de ellas es una cámara fija lejana con un fondo oscuro y una velocidad enorme, prácticamente jugando solo con el sonido de las espadas. Las siguientes van combinando planos fijos para el comienzo que luego se ven sustituidos por rápidos cambios de cámara que dificultan la visualización. En cualquier caso resultan mucho más modernas que las anteriores y mucho más sangrientas, tomando como ejemplo el que Zatoichi empiece la última batalla sujetando con su mano izquierda la cabeza cortada de un hombre.
Al igual que intentó fracasadamente con “Zatoichi in Desperation”, Katsu sigue tratando de explicarnos el mundo de Zatoichi. Utiliza un espejo que lleva siempre consigo y que después de todo no le sirve para nada y trata de hacernos comprender lo que representan para él los colores y lo difícil que es entenderlos. Pese a que la película tiene partes bastante oscuras en esta ocasión ha decidido prescindir del abuso o las cámaras desenfocadas, lo que es de agradecer por mi parte.
Conocemos detalles del pasado del masajista que chocan con lo que teníamos entendido. Se supone según “Zatoichi at the Blood Fest” que andaba mal de la vista en su juventud y que la fue perdiendo progresivamente hasta quedarse ciego. En este film se nos dice que fue a los 2 años, lo que obviamente no tiene cabida en el término “juventud” que utilizaba Kimiyoshi Yasuda en su film.
La conclusión es que se trata de una de las mejores del espadachín, la favorita de mucha gente, el punto intermedio entre la saga de las 25 y la Zatoichi de Kitano, y otro acercamiento a lo que ha sido representar a un ciego durante tantos años por parte de Katsu. A la gente que no tenga pensado ver la saga, esta es la película ideal para disfrutar del personaje durante un par de horas.
1 comentario:
Qué bueno poder leer un poco más sobre este misterioso samurai del cual el otro día leí que es la segunda saga más larga de toda la cinematografía mundial. Muy buena nota. Saludos!
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