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Woman in the Dunes (1964)


Un mágico cautiverio
Por Master of Hate

En uno de esos escapes fugaces en los que le alejo del cine contemporáneo he tenido la oportunidad de visionar una excelente pieza del celuloide de la que sólo puedo hablar bondades; se trata de "Woman in the Dunes" del director japonés Hiroshi Teshigahara. La cinta data de 1964 y parece ser ya una gran pieza de culto para muchos cinéfilos alrededor del mundo.

Niki Jubei (Eiji Okada) es un entomólogo que se halla investigando y recolectando insectos en un área casi desértica lejos de la ciudad. Debido al poco tiempo que tiene disponible, decide pasar la noche en una casa de la zona, ubicada en un medio de enormes dunas de arena; allí vive una sencilla y tranquila mujer (Kioko Ishida). Al día siguiente Niki intenta marcharse, pero le es imposible ya que la escalera que le permitió bajar ya no se encuentra. Pronto se le informa que esta atrapado y que, junto a aquella mujer desconocida, deben trabajar como esclavos si es que quieren sobrevivir.

Mi desconocimiento sobre la filmografía de Teshigahara me impide entrar en detalles con respecto a su estilo. Pero en lo que respecta a esta película se pueden sacar a relucir muchas características. Este director demuestra una asombrosa capacidad de sentido estético que se ve reflejado en el tipo de tomas y planos que elige constantemente. La cinta roza la paranoia, el erotismo, lo surreal, lo banal, y muchas cosas más a través de los ojos del protagonista que va siendo víctima de un proceso continuo de cambios. El entorno casi claustrofóbico que transmite la cinta es tan poderoso que llega a contagiar al mismo espectador. La relación que mantiene Niki con la mujer es otro de los puntos más fascinantes de la trama, ya que pasa por varias etapas. Finalmente, no deja de rondar, esa sensación constante de estar ante una obra existencialista que, a su manera, arroja una serie de interrogantes sobre el por qué de la vida y a dónde queremos ir realmente.

Queda como asignatura pendiente echar un vistazo a los demás trabajos de Teshigahara que seguramente guardan muchas y gratas sorpresas. La recomendación es evidente, pues estamos antes lo que debe ser uno de los filmes más brillantes que ha visto la luz en Japón.

The Bird People in China (1998)


Lugar de ensueño
Por Squareta

En reemplazo de un compañero de trabajo un empresario japonés se embarca hacia China con el propósito de encontrar unas piedras preciosas de jade que podrán pagar las deudas que tiene su empresa. Lo que no sabe él es que han enviado a un yakuza poco amigable para que lo vigile en el viaje. Juntos harán una interminable travesía que los llevará a un pueblo en medio de la nada. Este pueblo posee extrañas costumbres y narra de generación en generación la leyenda de un hombre pájaro.

Esta extraña cinta es de 1998 y viene dirigida por Takashi Miike. Lo que asombra a primera vista es que no es lo que estamos acostumbrados a ver de Miike, para nada. La ultraviolencia y sobredosis de gore son reemplazadas por hermosos paisajes y una historia conmovedora.

La película gira en torno a dos personajes principales, el empresario, una persona correcta y con valores y el yakuza, lo opuesto a él. A ellos no les quedará otra que unirse y obviar sus diferencias para poder llegar a su destino, pues en el camino que parece no tener fin (sin mencionar el hecho de que es casi imposible de recorrer) ocurren todo tipo de problemas. Después del largo viaje y ya en la provincia de Yun Nan logran llegar a su destino. Lo que ven sus ojos es casi increíble: el pequeño pueblo al que parece que se la ha detenido el tiempo los recibe con los brazos abiertos. Los japoneses muy contentos empiezan a relacionarse con el pueblo chino. Conocen la leyenda del hombre pájaro y descubren que en el poblado tienen una obsesión con volar, a la que ellos también les interesarán. Sin darse cuenta, la gente del pueblo provocará un cambio de pensamiento en nuestros protagonistas que les obligará a tomar una complicada decisión.

Técnicamente es muy correcta. Podrán apreciar la belleza visual que rodea la película. Unos paisajes hermosos son complementados con la humanidad de la gente. Los protagonistas están bien desarrollados y cooperan en algunos momentos graciosos que amenizan la cinta. El empresario y su actitud frente a algunos comportamientos de los chinos y el yakuza creará uno que otro momento de tensión.

Creo que todos podrán disfrutar la película como yo lo he hecho. Una linda obra que prescinde de cualquier gran producción y que nos muestra que lo más bello es lo real, aunque cada vez se hace más difícil apreciarlo.

Zatoichi (2003)


Remake de una saga
Por Fingolfin

Ya comenté esta película hace más de un año y al trasladarnos al formato foro decidí dejarla aparte para repetirla. Durante este tiempo he podido ver, comentar, analizar y disfrutar de las 26 películas de Zatoichi interpretadas por Shintaro Katsu, y el resultado de volver a ver la versión de Kitano ha sido realmente sorprendente.

Mantiene gran parte del esquema habitual que ha tenido esta serie pero cambiando sustancialmente algunos detalles con vistas más comerciales. El argumento nace después de media hora de film guiados por la casualidad y las presentaciones de los distintos personajes. En esta ocasión tenemos los dos grandes luchadores que sabemos que protagonizaran el habitual duelo final y aparte otro buen espadachín que se queda a mitad del camino. El adversario duro es Genosuke (Tadanobu Asano), habitual personaje frío que actúa sin maldad y movido por la necesidad.

Zatoichi (Takeshi Kitano) aparece con unas características dignas de analizar, donde incluso al final se pone en duda su ceguera. Se nos presenta únicamente como masajista ciego aficionado al juego, olvidando su verdadero oficio de yakuza-jugador. En el terreno interpretativo me duele mucho tener que hablar mal de un hombre como Kitano, que de las pocas películas suyas que he visto solo puedo decir maravillas. Su actuación no representa a un hombre ciego sino a Shintaro Katsu representando a un hombre ciego. Estoy hablando de una doble actuación donde en lugar de imitar a su personaje, Kitano imita al actor de la antigua saga. Evidencias de mi afirmación son: la forma de andar con las piernas arqueadas y en pasos cortos y circulares, la presencia siempre cabizbaja, y sobretodo esa breve carcajada que acompaña cada una de sus frases. Otro detalle que no conviene olvidar es que a este Zatoichi le cuesta mucho menos matar que al otro, que evitaba el combate siempre que podía y aún cuando no había mas remedio terminaba lamentando las muertes.

Las escenas más destacadas son las mismas que las de la antigua saga: la casa de juegos donde adivina lo que va a salir por el sonido de los dados, las situaciones en las que subestiman sus habilidades, el momento de gloria de su rival cuando demuestra al espectador lo bueno que va a ser, y por supuesto la acción.

Takeshi Kitano obviamente no es un esgrimista como lo era Shintaro Katsu, curtido en decenas y decenas de películas de katanas y samuráis. Este factor es el que condiciona las coreografías en mayor medida, ya que en lugar de agilidad y espectacular manejo del “reverse sword drawing” tenemos un Zatoichi que con una velocidad muy superior a todos los precedentes hace montones de tajos a sus rivales sin que les de tiempo a pestañear, guiado todo el proceso por múltiples efectos especiales. Ciertamente el resultado es difícil de superar visualmente pero tampoco en manipulación. La sangre es bastante surrealista y parecida a la de los videojuegos, pero su uso es increíblemente magnifico.

Los combates están rodados con mucho cambio de cámara (repito que Kitano no es esgrimista), muy lejos de aquellas tomas fijas de Kenji Misumi y los movimientos circulares de Shintaro Katsu. En lo referente a Tadanobu Asano, su estilo de lucha y las cámaras que se le han dedicado hacen sus coreografías mejores incluso que las de Zatoichi, algo impensable en la mítica saga. La escena que todos recordarán es el plano vertical cuando le desafían a un duelo y lucha solo contra un grupo de yakuzas hasta llegar a su jefe.

El factor Kitano en la dirección no pasa desapercibido ya que hay escenas que te recuerdan su nombre constantemente. Tenemos un grupo de cosechadores que cultivan con sus azadas fabricando melodías al estilo “música urbana”. Más tarde los mismos personajes vuelven a aparecer haciendo lo mismo pero taconeando bajo la lluvia, y finalmente se repite la escena con los martillos y sierras que se usan para construir una casa. Terminando con el elemento musical no conviene olvidar ese extraño final con todos los actores bailando a modo de créditos del film.

El humor “made in Kitano” también tiene presencia con el detalle de pintarle ojos en los parpados o con el retrasado que da vueltas a la casa vestido de samurai. Sin embargo no me ha gustado nada el personaje de Shinkichi, creado exclusivamente para provocar risa en el espectador, algo propio de todas las películas comerciales americanas y no del cine oriental que nos gusta.

Conclusión…siempre es bueno tener un film de estos con carácter internacional que puedan hacer que gente como yo se decida a ver todas o algunas de las anteriores. Por lo demás es meramente una película con buenas escenas de acción y entretenimiento, muy lejos de casi todas las joyas de la vieja saga.

PD: Comentario mejorado del ya escrito el 2005 por fingolfin

Driving with my Wife's Lover (2006)


Un camino demente
Por Master of Hate

"Driving With my Wife's Lover" es otro de esos debuts cinematográficos que quizás mucha gente vaya a querer olvidar lo más pronto posible. Kim Tae-shik nos presenta una cinta que ha conseguido bastante atención en festivales internacionales. Esto se justifica, a mi modo de ver, por lo creativo y ocurrente que se muestra Kim en todo momento, pero eso no quiere decir que la cinta termine siendo del agrado de la mayoría.

La historia nos presenta inicialmente a dos personajes: Tae-han, un marido engañado por su esposa, y plenamente conciente de este hecho, y Joong-shik el amante en cuestión que muy alegremente trabaja como taxista. Tae-han busca a Joong-shik, quien ignora que su romance ha sido descubierto, y decide hacer un largo viaje con él. Durante el camino, ocurren un sinnúmero de situaciones extrañas que ponen en evidencia el deseo de Tae-han de vengarse y averiguar más sobre su enemigo. De este modo, el marido enfurecido va conociendo a persona con mucha seguridad, atractivo y bastante más agradable que él. Su plan de venganza se consolida en la segunda parte cuando Tae-han encuentra a la esposa de Joong-shik.

Probablemente no encuentre referentes directos en el cine coreano para dar una idea clara de lo que tenemos ante nosotros. Personalmente no me he sentido impresionado, aunque es necesario reconocer en todo momento que la sofisticación estilística que muestra Kim es muy innovadora y por momentos incluso, disparatada.

Los puntos interesantes de la película son los personajes y específicamente su perfil. La interpretación de estos personajes también resulta muy curiosa, no debe haber sido tarea fácil. Y cómo ya mencioné el estilo de Kim para rodar. Por otro lado, la historia termina cayendo en un segundo plano, hasta la segunda mitad en donde recobra protagonismo y la película por fin parece poner sus pues sobre la tierra.

Estamos ante un trabajo muy personal pero enredado; cine del que puede generar todo tipo de reacciones. Personalmente rescato el gusto del directo en cuanto al rodaje, pero más allá de eso, no he visto mucho, y he sentido que el interés por la historia no es constante, dando la impresión de estar ante una explosión de ideas y escenas extrañas y un desarrollo predecible y sin mucho que ofrecer.

Shintaro Katsu´s Zatoichi (1989)


No hay color
Por Fingolfin

Como apreciareis en primer lugar, he prescindido de la numeración en el título de la película cuando en realidad le correspondía la posición 26 en la saga. Es un poco la que se sitúa “en medio” de todo. No puede ser considerada como las anteriores ya que se rodaron 25 entre 1962-1973 y esta es de 16 años después, ni considerada independiente ya que después de todo el protagonista sigue siendo el amado Shintaro Katsu (también su director). Mencionar solo que además es conocida como “Zatoichi: Darkness is his Ally”.

Después de remontarme a la otra dirección del actor en la saga “Zatoichi in Desperation” le tenía pánico a este film. Sabía que su duración estaría entorno a las 2 horas, al igual que la de Kihachi Okamoto en 1970, y que podrían convertirse en eternas si no se producía un cambio radical. Pues la sorpresa ha sido para bien, porque la película es de las mejores de toda la saga, con una enorme calidad estética, argumental y musical.

Está protagonizada por un Katsu mucho más mayor, un poco más gordo, con algo de barba y un pelo que comienza a tornarse blanco. Su interpretación es muy destacada, aprovechando la oportunidad que le brinda el regreso al dramatismo que tenían las primeras entregas. Se recupera uno de los mayores éxitos de la serie, que son las amistades entre Zatoichi y el que se convertirá en su último rival, con un cariz sentimental que supera su relación con el mítico Hirate de “A Tale of Zatoichi”.

Al salirse del esquema y duración habituales, Katsu ha podido deleitarse en muchas escenas lentas en las que simplemente camina por maizales persiguiendo hojas o con la cabeza gacha y rostro reflexivo, con una canción en inglés que suena de fondo y destaca bastante. En lo referido a esta canción he encontrado por internet que se le hacen críticas expresas como uno de los grandes fallos del film. No sé si quizás lo hagan por el hecho de que esté en inglés, pero creo que prefiero entender la letra y dar mas fuerza a la escena que escuchar algo en japonés que no viene ni subtitulado. Además de eso sobra decir que la canción me encantó y la escuché varias veces más.

La segunda relación sexual de Zatoichi tiene lugar en esta película de forma mucho más explicita, detallada y directa, con buen acompañamiento musical. Curiosamente las dos entregas en las que ha tenido lugar una de estas escenas estaban dirigidas por el actor, lo que espero no quiera decir nada…

Las coreografías son muy distintas a lo que habíamos visto a lo largo de la serie. La primera de ellas es una cámara fija lejana con un fondo oscuro y una velocidad enorme, prácticamente jugando solo con el sonido de las espadas. Las siguientes van combinando planos fijos para el comienzo que luego se ven sustituidos por rápidos cambios de cámara que dificultan la visualización. En cualquier caso resultan mucho más modernas que las anteriores y mucho más sangrientas, tomando como ejemplo el que Zatoichi empiece la última batalla sujetando con su mano izquierda la cabeza cortada de un hombre.

Al igual que intentó fracasadamente con “Zatoichi in Desperation”, Katsu sigue tratando de explicarnos el mundo de Zatoichi. Utiliza un espejo que lleva siempre consigo y que después de todo no le sirve para nada y trata de hacernos comprender lo que representan para él los colores y lo difícil que es entenderlos. Pese a que la película tiene partes bastante oscuras en esta ocasión ha decidido prescindir del abuso o las cámaras desenfocadas, lo que es de agradecer por mi parte.

Conocemos detalles del pasado del masajista que chocan con lo que teníamos entendido. Se supone según “Zatoichi at the Blood Fest” que andaba mal de la vista en su juventud y que la fue perdiendo progresivamente hasta quedarse ciego. En este film se nos dice que fue a los 2 años, lo que obviamente no tiene cabida en el término “juventud” que utilizaba Kimiyoshi Yasuda en su film.

La conclusión es que se trata de una de las mejores del espadachín, la favorita de mucha gente, el punto intermedio entre la saga de las 25 y la Zatoichi de Kitano, y otro acercamiento a lo que ha sido representar a un ciego durante tantos años por parte de Katsu. A la gente que no tenga pensado ver la saga, esta es la película ideal para disfrutar del personaje durante un par de horas.

The Victim (2006)


Un trabajo peligroso
Por Squareta

Una muchacha llamada Ting y aspirante a actriz hace una demostración pública de su talento cuando la observa un policía. Él le ofrece un trabajo algo extraño: recrear las muertes de las víctimas que se están investigando. Sus actuaciones en ese campo la hacen conocida al punto de representar papeles muy importantes. Pero se debe tener cuidado cuando se juega con fantasmas, porque nunca se sabe si ellos quieren jugar también.

Ting es muy cuidadosa a la hora de reconstituir las escenas del crimen y se preocupa de no molestar a las almas de los fallecidos. Cuando aparece en las noticias la muerte de una famosa modelo tailandesa Ting sabe que obtener esa recreación es un paso seguro a la fama. Empieza entonces a investigar a la modelo Meen de una forma tan profunda que creará un misterioso vínculo con ella, sin darse cuenta de los peligros que puede acarrear esa situación.

El tailandés Monthon Arayangkoon nos trae esta cinta de fantasmas conducida de una forma diferente a las convenciones del género, la que por momentos puede llegar a confundir si es que no se le sigue el ritmo. Y es que lo que parte como una simple cinta de horror va tomando otros matices, algunos bastante inesperados, tomando historias que se van complicando, alternando e incluso desapareciendo.

Posee momentos intensos y con algunas escenas muy bien logradas, pero de igual modo existen otras escenas bastante falsas, sobre todo las presencias fantasmales. Aunque las ganas le sobran, porque la falta de convincentes efectos se compensa con buenos movimientos de cámaras y un buen manejo del ambiente. El fondo de la película también se puede destacar, pues algunas locaciones de filmación fueron famosas escenas de crímenes reales. Y para aumentar el susto a los espectadores, algunos miembros del equipo mencionaron que sintieron extrañas presencias durante la filmación, reflejadas a través de ruidos y rostros en las cintas.

Como punto en contra (pues no todo puede ser tan bueno) está el hecho de que la historia se pierde al tratar de abarcar tantas cosas. Una clara muestra de ello es que a mitad de película todo comienza de cero, dejando a todos perplejos.

“The Victim” posee un toque de originalidad que vale la pena ver. Me atrevo a recomendarla con reservas, sabiendo que a algunos no les convencerá y a otros les agradará su visionado.